(Moscú) Vladimir Putin estará en Corea del Norte el martes y miércoles, una visita excepcional al final de la cual se podría firmar un acuerdo de asociación estratégica entre estos dos países que Occidente percibe como amenazas.
Estadounidenses y europeos llevan meses preocupados por el acelerado acercamiento entre Moscú y Pyongyang, acusando a los norcoreanos de entregar municiones a Rusia para su ataque a Ucrania a cambio de asistencia tecnológica, diplomática y alimentaria.
El asesor diplomático de Vladimir Putin, Yuri Ushakov, presentó el viaje de Putin como un momento fuerte para los dos países que están bajo sanciones occidentales y dijo que esperaba que se firmara un acuerdo de asociación estratégica.
Se firmarán “documentos importantes y muy significativos”, dijo a los medios rusos, refiriéndose a “la posible conclusión de un acuerdo de asociación estratégica integral”.
“Este tratado, si se firma, estará naturalmente condicionado por la profunda evolución de la situación geopolítica en el mundo y en la región y por los cambios cualitativos que han tenido lugar recientemente en nuestras relaciones bilaterales”, señaló. Espera que “en las próximas horas se tome una decisión sobre su firma”.
Según la misma fuente, Putin y el líder norcoreano Kim Jong-un harán también “declaraciones a la prensa” y el presidente ruso asistirá a un concierto en su honor.
El maestro del Kremlin estará acompañado en particular por su jefe de diplomacia, Serguéi Lavrov, su ministro de Defensa, Andréi Beloussov, dos viceprimeros ministros e incluso el jefe de la agencia espacial rusa Roscosmos.
Posteriormente, el presidente ruso visitará Vietnam, otro socio de Rusia desde la era soviética, los días 19 y 20 de junio.
El viaje a Corea del Norte se producirá nueve meses después de que Putin recibiera a Kim Jong-un en el Lejano Oriente ruso, una visita durante la cual los dos hombres se elogiaron mutuamente pero no concluyeron, al menos oficialmente, bien.
Según Occidente, Pyongyang ha recurrido a sus vastos arsenales de municiones para abastecer masivamente a Rusia, y la semana pasada el Pentágono acusó a Moscú de utilizar misiles balísticos norcoreanos en Ucrania.
A cambio, según Washington y Seúl, Rusia proporcionó a Corea del Norte experiencia para su programa de satélites y envió ayuda para hacer frente a la escasez de alimentos del país.
En marzo, Rusia utilizó su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para poner fin al seguimiento de las violaciones de las sanciones internacionales contra Corea del Norte, un importante regalo para Pyongyang.
Kim Jong-un elogió el miércoles, antes de la visita del líder ruso, los lazos “inquebrantables y de hermanos de armas” entre Pyongyang y Moscú, que se remontan a la era soviética.
Durante su viaje a Rusia en septiembre de 2023, ya había declarado que los vínculos con Moscú eran la “prioridad número uno” de su país.
Los analistas también han advertido contra la intensificación de las pruebas y la producción de artillería y misiles de crucero por parte de Corea del Norte, que cuenta con armas nucleares, para futuras entregas de armas a Rusia destinadas a su ataque en Ucrania.
Corea del Sur dijo el jueves que estaba “siguiendo de cerca los preparativos” para la visita de Vladimir Putin, y pidió a Moscú que “contribuya a la paz y la estabilidad en la península de Corea respetando al mismo tiempo las resoluciones del Consejo de Seguridad” de la ONU.
Seúl ha brindado una importante ayuda militar a Ucrania, donde el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, visitó el mes pasado, y está participando en las sanciones occidentales contra Moscú.
Vladimir Putin presenta su ataque a Ucrania y sus esfuerzos diplomáticos como una batalla para luchar contra la hegemonía estadounidense en el escenario internacional, y se enorgullece del apoyo del gigante chino.
China es el principal apoyo económico y aliado diplomático de Corea del Norte.
Esta es sólo la segunda visita a Corea del Norte del líder ruso, que fue allí por última vez hace casi un cuarto de siglo, poco después de su llegada al poder, para reunirse con el padre de Kim Jung Un, Kim Jong-il.
Antes de su visita a Corea del Norte, varios altos funcionarios rusos, incluido el jefe de los servicios de inteligencia extranjeros, Sergei Naryshkin, hicieron un viaje a Pyongyang.
El Ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Norte, Choe Son Hui, estuvo en Moscú en enero.