Incautado por los tribunales, el Stefania, un yate casi nuevo de 41 metros de eslora y acabados de lujo, será subastado el jueves por la tarde en Antibes, en la Costa Azul, en beneficio del Estado francés. El procedimiento detrás de la incautación sigue siendo confidencial por el momento, pero se trata de la mayor incautación de bienes realizada por la Agencia de Gestión y Recuperación de Bienes Incautados y Confiscados (Agrasc), creada en 2010.

El barco fue incautado en octubre por la policía italiana, a petición de las autoridades francesas, durante una escala en Sestri Ponente, cerca de Génova (norte de Italia). Los depósitos estaban llenos y el barco iba a zarpar rumbo a Dubái. La prensa italiana habló entonces de un propietario bielorruso acusado de blanqueo de dinero, pero Agrasc, contactada por la AFP, no respondió.

El subastador Étienne De Baecque se encargó de organizar el regreso a Francia y la venta del yate. Era necesario contratar una nueva tripulación y gestionar las complicaciones legales relacionadas con la bandera de las Islas Caimán del barco. Desde noviembre, el Stefania fondea en Antibes, a la sombra de otros superyates aún más imponentes, aunque su casco de diseño de aluminio bronceado no pasa desapercibido.

Las dos piscinas están vacías pero relucen los 120 m2 de terrazas repartidos en dos cubiertas, todas ellas de mármol blanco y baño de oro. El interior de estilo Art Déco ofrece los mismos acabados buscados, entre mármol, dorado, maderas nobles y alfombras gruesas. Lanzado en 2021 por el astillero monegasco Dynamiq, ofrecido el año pasado en alquiler por unos 200.000 euros a la semana, el Stefania sólo dispone de 200 horas de navegación.

Desde el lunes, los potenciales compradores pueden venir a visitarlo. Pero tendrás que depositar 500.000 euros en concepto de fianza para poder participar en la venta. Las oficinas del subastador estiman que las pujas podrían alcanzar entre ocho y diez millones de euros, pero también mencionan «mucha competencia entre los competidores». En octubre, la prensa italiana hablaba de 16 millones de euros.

Con retrasos en la construcción debido a la crisis del Covid y luego escasez de materiales, “el mercado (de los yates de lujo) está muy ajustado en este momento”, asegura Étienne De Baecque. Al final, el dinero irá a parar a las arcas del Estado francés: “Para Agrasc es un símbolo apoderarse de propiedades criminales como ésta y ponerlas a la venta. Éste es su lema: “para que el crimen no pague”, explica Étienne De Baecque.