Un joven de Terrebonne utilizó un fraude “sofisticado” y “a gran escala” para robar a nada menos que 154 víctimas en todo Canadá. Utilizó información comprada en la Dark Web y un intercambio fraudulento de tarjetas SIM para acceder a sus correos electrónicos y mensajes de texto. El importe de las estafas asciende a casi 700.000 dólares.
“Estos crímenes tuvieron a veces consecuencias personales catastróficas para más de un centenar de víctimas identificadas”, se lee en la decisión dictada recientemente por el juez Marc-André Dagenais del Tribunal de Quebec. El delincuente, de 24 años, fue condenado a cuatro años de prisión. Se declaró culpable de fraude y robo de correo.
El hombre, descrito en la sentencia como “pivote central en el funcionamiento de un grupo criminal formado por veinte personas”, dirigió “una sofisticada operación fraudulenta a gran escala que explota en todo su potencial las debilidades de la vida digital moderna”. . El tipo de estafa utilizada le permitió eludir la autenticación de dos factores, una práctica común de ciberseguridad, y obtener acceso a las cuentas de las víctimas. Usó estas cuentas para comprar bienes o alimentos en plataformas como Uber Eats.
Según el magistrado, Westerlin Jean-Pierre llevaba un estilo de vida “centrado únicamente en el consumo de artículos de lujo”. De hecho, conducía un Mercedes, aparecía públicamente con fajos de billetes y calzaba zapatos por valor de miles de dólares. Se describió a sí mismo en ese momento como un “influencer”.
Si llevó ese estilo de vida es gracias a los cientos de datos que robó. Entre otras cosas, aprovechó los números de tarjetas de crédito de las víctimas para comprar bienes como pequeños electrodomésticos o teléfonos móviles, y luego revenderlos en Internet.
Entre 2020 y 2021, Westerlin Jean-Pierre hizo sus víctimas en casi todo Canadá. Fue detenido en flagrante delito en Ontario en 2021 y luego registrado su domicilio en Terrebonne. En particular, la policía encontró documentos de identidad falsos y teléfonos iPhone. También lo pillan robando correo con las manos en la masa en 2022.
“A una [víctima] le congelaron sus cuentas bancarias después de que las vaciaron”. Esta es sólo una de las muchas consecuencias mencionadas en la sentencia. Otros también mencionaron pasar largas semanas para minimizar los efectos del fraude.
Otra víctima, citada en la sentencia, considera «que el fraude puso en peligro la seguridad financiera que pretendía ofrecer a sus tres hijos, privándolos de alimentos y otras necesidades básicas que merecían».
Las empresas también se han visto afectadas por el fraude y han indicado que han implementado medidas preventivas para protegerse de este tipo de delitos en el futuro.
Para llegar a una pena de 42 meses de prisión, el juez tuvo en cuenta como agravantes la naturaleza sofisticada del fraude, la cantidad de personas estafadas y el carácter «intrusivo» del plan en la vida de las víctimas.
Sin embargo, el tribunal concedió una importancia limitada al arrepentimiento expresado por el delincuente hacia las víctimas. “Si reconoce las actuaciones realizadas, el infractor tiende a minimizarlas”, subraya el juez.
Este último también quiso señalar que el hecho de que se tratara de una primera infracción tenía «menor importancia», ya que se trataba de un caso de fraude.