Un ejercicio de justificación y persuasión. Durante su entrevista en “20h” en TF1 y France 2, Emmanuel Macron intentó aclarar su línea de apoyo a Ucrania, una semana después de haber mencionado un posible envío de soldados occidentales al frente ucraniano. «Nunca lideraremos una ofensiva, nunca tomaremos la iniciativa», aclaró, asegurando que «Francia es una fuerza para la paz». Un poco más lejos, el presidente francés instó no obstante a los europeos a no darse por vencidos frente a Rusia. “Para tener paz en Ucrania, no debemos ser débiles […], debemos decir que estamos dispuestos a conseguir los medios para lograr nuestro objetivo, que es que Rusia no gane. […]. La paz no es la capitulación de Ucrania. Para resumir esta posición compleja, a medio camino entre la guerra y la paz, el Jefe de Estado adoptó una fórmula del ilustre Primer Ministro británico, Winston Churchill. «Debes tener, para usar una vieja expresión de Churchill, el valor de la paz», citó. Querer la paz no es elegir la derrota, no es defraudar a Ucrania”.
La referencia no fue elegida al azar. “Los tendones de la paz”, en alusión inversa a la expresión “los tendones de la guerra”, es el nombre que dio Churchill a uno de sus discursos más famosos, pronunciado en Fulton (Estados Unidos) el 5 de marzo de 1946. En este discurso, Churchill, que ya no es primer ministro pero aún goza de considerable influencia en el escenario mundial, prevé la “guerra fría” que dividirá a Estados Unidos y la URSS en las próximas décadas. Al igual que Emmanuel Macron, el Viejo León desarrolla una reflexión aparentemente paradójica: por un lado, recuerda la importancia de salvaguardar la paz recién conquistada tras la Segunda Guerra Mundial; por otro lado, arroja oprobio sobre una de las tres potencias aliadas, la URSS, que “sólo respeta la fuerza”. “Ha caído una sombra sobre los escenarios que tan claramente habían sido iluminados recientemente por la victoria de los aliados”, denuncia, en referencia al régimen estalinista.
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Es en este discurso histórico donde nació la expresión “telón de acero”, con la que Churchill pretendía advertir a Occidente contra los deseos expansionistas de los soviéticos. “Desde Stettin en el Báltico hasta Trieste en el Adriático, un telón de acero descendió sobre el continente. Detrás de esta línea se encuentran todas las capitales de los antiguos estados de Europa Central y Oriental. Varsovia, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Belgrado, Bucarest y Sofía, todas estas ciudades famosas y las poblaciones que las rodean están en lo que debo llamar la esfera soviética. El ex señor de la guerra finaliza su discurso llamando a “los pueblos de habla inglesa a unirse urgentemente para eliminar cualquier tentación de ambición o aventura”. Y esto, para salvaguardar el frágil equilibrio nacido tras la Segunda Guerra Mundial, “para garantizar que lo que se ganó a costa de tanto sacrificio y sufrimiento se preserve para la gloria y la seguridad futuras de la humanidad”.
Las advertencias de Churchill no cayeron en saco roto: casi un año después del discurso de Fulton, el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, proclamó su política de contención del comunismo. En un momento en que se libra una nueva guerra a las puertas de Europa, ¿las palabras de Emmanuel Macron tendrán tanto efecto en la esfera internacional como las del Viejo León? En cualquier caso, no es la primera vez que el presidente francés deja entrever la profunda admiración que siente por el primer ministro británico de 1940 a 1945 y de 1951 a 1955. En 2020, durante la conmemoración del llamamiento el 18 de junio en En Londres, Emmanuel Macron rindió un vibrante homenaje a Winston Churchill, quien, según él, “personificó” “la tenacidad de una nación que se negó a ceder y que no cedió” ante la opresión alemana. En un artículo publicado hace unos días en el sitio de noticias The Local, transmitido por Courrier International, la prensa británica comparó la actitud del Jefe de Estado francés con la del Primer Ministro inglés en los albores de la Segunda Guerra Mundial. .