Los gendarmes continúan sus investigaciones de campo para intentar esclarecer la desaparición de Lina, una joven de 15 años que desapareció el 23 de septiembre en una pequeña carretera de la localidad de Plaine (Bajo Rin) cuando se dirigía a caminar hacia Saint -Estación Blaise-la-Roche.
Según nuestras informaciones, los investigadores fueron puerta por puerta a principios de mes, concretamente los días 6 y 7 de noviembre, entre los residentes de Plaine, un pueblo de unos 1.000 habitantes. Los gendarmes les preguntaron si recordaban lo que habían hecho el 23 de septiembre, día en que desapareció Lina. “¿Estabas en la zona? ¿Saliste y viste algo?”, preguntaron esencialmente los soldados.
Se anotaron los apellidos, nombres, fechas de nacimiento y números de teléfono de los residentes, así como las matrículas de sus vehículos. Los investigadores también solicitaron los nombres y apellidos de los posibles invitados recibidos en el momento de los hechos.
“No es la primera vez que se interroga a los vecinos de Plaine”, asegura una fuente cercana al asunto. Sin embargo, algunos vecinos de Champenay, aldea perteneciente al municipio de Plaine, se muestran sorprendidos al haber sido escuchados por primera vez un mes y medio después de los hechos.
Es en esta aldea donde vive un testigo clave, llamado Robert. Este hombre de 72 años afirma haber visto a Lina el día de su desaparición, alrededor de las 11:30 horas. Según él, la joven iba en un coche de color oscuro, posiblemente un Renault Clio, y le habría saludado de paso cuando él estaba en la puerta de su casa. «Tenía un aspecto normal y no parecía preocupada ni nada por el estilo», explicó este testigo, precisando que el conductor, un hombre con «ligera barba de chivo», se dirigía hacia Estrasburgo.
La investigación, abierta por “secuestro y secuestro”, continúa. En su último comunicado de prensa, del 2 de octubre, la fiscalía de Estrasburgo mencionó «investigaciones a largo plazo».