En Quebec, hay 10 municipios que llevan el término Saint-Jean en su nombre. ¿Se refieren todos a Jean Baptiste, santo patrón de los canadienses franceses? Respuesta corta: no siempre. Por ejemplo, las ciudades de Rivière-Saint-Jean en Côte-Nord y Saint-Jean-de-l’Île-d’Orléans en la región Capitale-Nationale llevan el nombre de Jean, famoso por haber bautizado a Cristo. Sin embargo, le sorprenderá saber que el pueblo de Saint-Jean-Baptiste en Montérégie debe su nombre al señor Jean-Baptiste Hertel del siglo XVII.

Situada en el barrio de Saint-Jean-Baptiste, es una de las calles más antiguas de Quebec. Hoy, la calle Saint-Jean es una arteria comercial de 1,8 km de longitud que reúne restaurantes, pequeños mercados, artesanos y productos locales. Esta calle, integrada en el tejido histórico de la ciudad de Quebec, lleva el nombre de Jean Bourdon, un topógrafo del siglo XVII a quien debemos el trazado original de la Rue Saint-Jean. Bajando la calle hacia el río, se puede observar la Porte Saint-Jean, que recuerda las antiguas fortificaciones de la capital. En Quebec, aproximadamente uno de cada tres municipios tiene una calle Saint-Jean.

Con una superficie de agua dulce de casi 1000 km⁠2, el lago Saint-Jean ocupa el tercer lugar entre los grandes lagos de Quebec. Sin embargo, puede presumir de ser el mayor de los lagos de Saint-Jean, entre los diez que se encuentran en la provincia. Antes de la llegada de los colonos franceses, los innu se reunían alrededor de las orillas para celebrar la llegada del verano. Este lago, antiguamente conocido con el nombre innu de Pekuakami, hoy acoge a miles de campistas y nadadores. En 1652, el padre Jean de Quen fue el primer europeo en llegar al lago, al que rebautizó en honor a su santo patrón.

Diecinueve parroquias, ocho islas, tres puentes y una base militar: Quebec cuenta con 150 sitios y edificios cuyo nombre contiene Saint-Jean, según la Comisión de Toponimia de Québec. Incluso hay una presa: en el MRC du Fjord-du-Saguenay se encuentra la pequeña central hidroeléctrica de L’Anse-Saint-Jean. Construido en 1957 a orillas del río Saint John, produce 450 kWh, el equivalente a la energía necesaria para alimentar un secador de pelo durante 12,5 días consecutivos. Sin olvidar el sitio patrimonial de la Iglesia de Saint-Jean-Baptiste de Montréal, formada por una veintena de edificios en el barrio de Plateau-Mont-Royal que formaba el antiguo pueblo de Saint-Jean-Baptiste a principios del siglo XX. siglo.