«Los daños son al menos 30.000 euros». Una escuela primaria en Grand-Charmont, en Doubs, fue saqueada este fin de semana, según supo Le Figaro este lunes 26 de febrero por boca del fiscal de Montbéliard, Paul-Édouard Lallois, confirmando informaciones de L’Est Républicain. Los principales sospechosos de este acto vandálico tienen edades comprendidas entre 10 y 13 años, según el testimonio del alcalde de la localidad, Jean-Paul Munnier, quien hizo huir a un pequeño grupo de individuos cuando ocurrieron los hechos.
Hacia las 17 horas del sábado 24 de febrero, el alcalde de la ciudad de menos de 6.000 habitantes fue llamado por un residente local, «que informó de ruidos y movimientos» en el interior de la escuela primaria Damien-Jeanney, situada en el barrio «sensible» de Fougères. El concejal se dirigió entonces hasta allí y, a su llegada, un grupo de “seis a diez jóvenes”, que según su testimonio tendrían entre 10 y 13 años, se dieron a la fuga.
Al entrar en el edificio, Jean-Paul Munnier se dio cuenta de la magnitud del desastre. Armarios volcados, ventanas rotas, sillas volcadas… Las ventanas de una esclusa de aire también recibieron numerosos golpes de un extintor. “Todo el edificio ha resultado dañado. Todas las clases están afectadas”, especifica el fiscal en Le Figaro. También resultaron rotas dos pizarras interactivas (TBI), valoradas en 10.000 euros cada una. “Incluso el refectorio resultó afectado, con salsa de ketchup en las paredes”, explica el fiscal, que señala un “acto de total estupidez”.
¿Cómo entraron los sospechosos al edificio un sábado por la tarde? Ésta es toda la cuestión que surge, 48 horas después de los hechos, cuando el sistema de alarma anti-intrusión no estaba activado en el momento de los hechos, y la zona no está cubierta por videovigilancia, según supimos. «Todo depende de la policía científica y técnica», según el magistrado, que ordenó «el análisis de ADN de las muestras para identificar un perfil genético». “Tenemos un cierto número de jóvenes inscritos en el FNAEG (archivo nacional de huellas genéticas)”, explica Paul-Édouard Lallois.
Las autoridades instan a los jóvenes sospechosos a entregarse a la policía. «Esperemos que se suelten las lenguas» antes de que lleguen los gendarmes a los posibles autores, afirma el fiscal, para quien los vándalos posiblemente sean «jóvenes que han perdido completamente el equilibrio». Por su parte, el alcalde prevé posponer el inicio del curso escolar, previsto para el 4 de marzo, a la espera de las reparaciones, aunque quiere «hacer todo lo posible para evitarlo».