El ejército serbio permanecerá en «alerta máxima» cerca de la frontera con Kosovo, anunció el sábado el gabinete del presidente serbio, un día después de los enfrentamientos que se desataron entre los serbios y la policía kosovar en tres localidades predominantemente serbias. Las fuerzas especiales de la policía de Kosovo dispersaron el viernes con gases lacrimógenos a los serbios que querían evitar que los alcaldes albaneses, elegidos en abril en una controvertida elección, asumieran el cargo en tres municipios predominantemente serbios en el norte de Kosovo.
Las tensiones son recurrentes en esta parte de la antigua provincia serbia cuya independencia, proclamada en 2008, no fue reconocida por Belgrado, lo que anima a los serbios residentes en Kosovo a desafiar al gobierno local. Unos 120.000 serbios viven en Kosovo, que tiene una población de 1,8 millones, en su mayoría albaneses.
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A raíz de estos incidentes, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, ordenó el viernes que el ejército estuviera en alerta máxima y que «se moviera» en dirección a la frontera con Kosovo. El sábado por la mañana, presidió una reunión del Comité de Seguridad Nacional que adoptó un plan de «actividades de seguridad (…) destinadas a fortalecer las capacidades de defensa de Serbia», anunció la presidencia en un comunicado, y agregó que «las Fuerzas Armadas de Serbia permanecer, hasta nuevo aviso, en alerta máxima”. El ejército serbio ha sido puesto en alerta varias veces en los últimos años por situaciones similares.
Sin embargo, las fuerzas especiales de Kosovo, que habían permitido que los nuevos alcaldes ingresaran a las oficinas el viernes, permanecieron en su lugar el sábado, cerca de los edificios municipales en Zvecan, Leposlavic y Zubin Potok. Estos concejales habían sido elegidos en las elecciones organizadas por las autoridades de Kosovo el 23 de abril, votación boicoteada por los serbios.
Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania pidieron el viernes, en un comunicado de prensa, a las autoridades de Kosovo «revocar de inmediato su decisión» de desplegar sus fuerzas especiales, añadiendo que también estaban «preocupados por la decisión de Serbia de elevar el nivel de preparación de sus fuerzas armadas». La OTAN llamó el sábado «a las instituciones de Kosovo a una desescalada inmediata» ya «todas las partes a resolver la situación a través del diálogo», tuiteó la portavoz de la Alianza, Oana Lungescu.
En un comunicado que no insinúa un paso atrás, el primer ministro kosovar, Albin Kurti, explicó el sábado que las autoridades de Pristina entendieron «las preocupaciones» de sus «socios internacionales», pero que «cualquier otra opción equivaldría a no cumplir con las obligaciones constitucionales». ”. “Invito a todos, especialmente a los ciudadanos serbios de Kosovo, a cooperar con los nuevos alcaldes y sus gabinetes, que serán multiétnicos, multiculturales y multilingües”, escribió Kurti en Facebook.