(París) El calentamiento global provocado por las actividades humanas ha alcanzado un “ritmo sin precedentes” y la ventana para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5°C ya está casi cerrada, advierten en un nuevo estudio decenas de investigadores de renombre.

“El calentamiento provocado por el hombre ha aumentado a un ritmo sin precedentes en mediciones instrumentales, alcanzando 0,26°C en 2014-2023”, indican estos científicos.

Esta observación, publicada en la revista Earth System Science Data, es fruto del trabajo de cerca de sesenta investigadores de renombre que se basan en los métodos del IPCC, los expertos en clima encargados por la ONU.

El interés del estudio es proporcionar indicadores actualizados a partir del informe de este último, sin esperar al siguiente ciclo dentro de varios años.  

Sólo en 2023, el calentamiento atribuible a la actividad humana alcanzó 1,31°C. El calentamiento total observado alcanzó 1,43°C, porque la variabilidad climática natural también influyó, empezando por el fenómeno de El Niño.

Los científicos pretenden proporcionar datos actualizados cada año, para alimentar las negociaciones de la COP y el debate político, mientras que la década actual se considera decisiva para salvar los objetivos del acuerdo de París de 2015, que pretende contener el calentamiento global muy por debajo de 2. °C y si es posible a 1,5°C.

Esta publicación llega en un momento en que representantes de todo el mundo se reúnen en Bonn para avanzar en las negociaciones climáticas antes de la COP29 prevista en Bakú a finales de año (del 11 al 22 de noviembre).

El calentamiento es el resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero, causadas principalmente por el uso masivo de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón), que se encuentran en niveles récord: alrededor de 53 mil millones de toneladas de CO2 equivalente por año durante el período 2013-2022. Fueron 55 mil millones sólo para el año 2022.

Otro efecto también influyó, señalan los científicos: un menor enfriamiento provocado por las partículas contaminantes del aire, que reflejan el sol y permiten la formación de determinadas nubes.  

«La razón principal es el control de la contaminación del aire, primero en Europa y Estados Unidos, y más recientemente en Asia, particularmente China», explicó Glen Peters del Centro para la Investigación Internacional del Clima en Oslo.

Algunos investigadores destacan el papel de las recientes regulaciones más estrictas para el transporte marítimo. Pero la reducción de las emisiones de dióxido de azufre, especialmente en el sector del carbón, comenzó en los años 80, señala Glen Peters.

El presupuesto de carbono residual –el margen de maniobra, expresado como la cantidad total de CO2 que aún podría emitirse teniendo al mismo tiempo un 50% de posibilidades de limitar el calentamiento global a 1,5°C– se está derritiendo.  

Este “presupuesto” es de sólo unos 200 mil millones de toneladas, el equivalente a unos cinco años de emisiones al ritmo actual, frente a otros 250 mil millones en la última edición del estudio de hace un año.

«Pero esta es también la década en la que esperaríamos que las emisiones globales alcanzaran su punto máximo y comenzaran a disminuir sustancialmente», señalan.  

A pesar de los niveles récord alcanzados, el ritmo de aumento de las emisiones de CO2 se ha ralentizado esta década en comparación con los años 2000. El informe contiene «un poco de optimismo», opina Piers Forster, de la Universidad de Leeds, autor principal del estudio.

«Las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan menos rápidamente que en 2000, pero siguen aumentando», por lo que «sus concentraciones siguen aumentando y también el calentamiento», explica Pierre Friedlingstein, de la Universidad de Exeter.

“Necesitan reducir las emisiones netas a cero”, enfatizó.