Corresponsal en Washington

Trump dijo que alentaría a Rusia a hacer “lo que quiera” con un país miembro de la OTAN que no cumpla con las pautas de gasto en defensa. Durante un mitin de campaña el sábado en Conway, Carolina del Sur, Trump cuestionó explícitamente el principio mismo de seguridad colectiva de la Alianza Atlántica.

Evocando un intercambio con un Jefe de Estado europeo no identificado en uno de esos diálogos, a menudo imaginarios, que le gusta insertar en sus discursos, y donde sus interlocutores se dirigen a él con deferencia, Trump liberó explícitamente a Estados Unidos de su compromiso: “Uno de los presidentes de un gran país se puso de pie y me dijo: ‘Señor, si no pagamos y somos atacados por Rusia, ¿nos protegerá?'”, dijo Trump. “Le dije: ‘No has pagado, ¿estás endeudado?’ Él dijo: “Sí, admitamos que sucede”. “No, no te protegeré. De hecho, alentaría a Rusia a hacer lo que quiera. Tu debes pagar.””

Esta declaración pone en duda el principio de defensa colectiva previsto en el artículo 5 de la Alianza Atlántica, que establece que “un ataque armado contra uno o más miembros en Europa o América del Norte será considerado un ataque contra todos”. El artículo sólo ha sido invocado una vez, desde la creación de la OTAN, para defender a Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Incluso si Trump tiene desde hace mucho tiempo la costumbre de hacer declaraciones provocativas y si es conocida su hostilidad hacia la OTAN, esto Es la primera vez que anuncia de forma tan explícita sus intenciones hacia la alianza exterior estadounidense más antigua. Sus comentarios han dado un giro particular desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. También coinciden con la transformación histórica del Partido Republicano bajo su influencia. La corriente aislacionista que ha revivido se está apoderando poco a poco del ala tradicional del partido y bloquea desde hace varios meses en el Congreso la ayuda estadounidense a Ucrania.

Las reacciones de indignación en Estados Unidos y Europa demuestran la preocupación suscitada por los comentarios de un ex presidente y probable candidato de su partido en las elecciones presidenciales. El canciller alemán, Olaf Scholz, por ejemplo, consideró las declaraciones del republicano “irresponsables” y “peligrosas”. «Encourager l’invasion de nos alliés les plus proches par des régimes meurtriers est consternant et irresponsable, et met en danger la sécurité nationale américaine, la stabilité mondiale et notre économie nationale», a déclaré dans un communiqué Andrew Bates, porte-parole de la casa Blanca. “Cualquier sugerencia de que los aliados no se defenderán entre sí socava la seguridad de todos nosotros, incluida la de Estados Unidos, y coloca a los soldados estadounidenses y europeos en mayor riesgo”, respondió el secretario general de Estados Unidos en una declaración inusual. OTAN, Jens Stoltenberg. “Cualquier ataque contra la OTAN recibirá una respuesta unida y enérgica”.

Trump tiene una aversión particular a la OTAN, que considera un seguro gratuito proporcionado a los socios que se niegan a participar financieramente en la defensa común. Durante su presidencia, amenazó repetidamente con retirar a Estados Unidos de la Alianza, confundiendo el objetivo fijado en 2006 de que cada miembro consiga dedicar el 2% de su PIB a la defensa con una contribución debida al aliado estadounidense. “Se aferra a la creencia (…) de que la OTAN es una especie de negocio de protección, en el que nuestros aliados europeos vienen a Washington como comerciantes temblorosos para donar al jefe de la mafia local sus ingresos semanales”, comentó Tom Nichols, especialista en política exterior de La revista Atlántico.

Sin embargo, con estas últimas declaraciones, Trump indica explícitamente por primera vez que no tiene intención de defender a los aliados de la OTAN contra un ataque ruso si es reelegido. Lejos de ser una broma, corresponden a la política aislacionista defendida por Trump y que está conquistando a sectores enteros del Partido Republicano. Desde el otoño pasado, sus aliados en el Congreso se han negado a votar sobre cualquier proyecto de ley, incluida la ayuda militar a Ucrania. Incluido el último, la semana pasada, que sin embargo incluía las reformas en política migratoria que exigían a cambio de sus votos. Está en marcha un nuevo intento de aprobar un texto de emergencia en el Senado, pero se corre el riesgo de encontrar el mismo rechazo por parte del bloque trumpista en la Cámara de Representantes. El ala tradicional del Partido Republicano, encarnada en el Senado por el senador de Kentucky Mitch McConnell, parece cada vez menos capaz de garantizar la continuidad de la política exterior estadounidense.

Algunos funcionarios republicanos electos restaron importancia a los comentarios del expresidente. “Donald Trump no habla como un político tradicional, y lo sabemos”, dijo Marco Rubio, senador republicano por Florida, en una entrevista con CNN, añadiendo que “cuando Trump era presidente, no nos sacó de la OTAN: los estadounidenses Las tropas estaban estacionadas en toda Europa, como lo están hoy. Los antiguos colaboradores cercanos de Trump se están tomando mucho más en serio los comentarios del expresidente. “Cuando dice que quiere abandonar la OTAN, como lo hizo durante su primer mandato y como lo ha hecho desde entonces, es mejor que la gente le crea”, advirtió John Bolton, quien fue asesor de seguridad nacional de Donald Trump. Bolton explicó en sus memorias que Trump estuvo a punto de retirar a Estados Unidos de la OTAN en 2018.

El propio Marco Rubio, que forma parte del Comité de Inteligencia y del Comité de Asuntos Exteriores del Senado, consideró útil aprobar el año pasado una disposición que impedía al presidente estadounidense abandonar la OTAN sin una votación de dos tercios del Senado o del Congreso. Pero el artículo 5 de la Carta de la OTAN no es una obligación legal y la decisión de respetarlo sigue siendo responsabilidad del poder ejecutivo.