(Bakú) Los soldados rusos desplegados en Nagorno-Karabaj desde el otoño de 2020 completaron el miércoles su retirada de Azerbaiyán, anunció el Ministerio de Defensa azerbaiyano, casi nueve meses después de la reconquista por parte de Bakú de este enclave controlado desde hace tres décadas por los separatistas armenios.

«El proceso de retirada completa del personal, armas y equipos del contingente ruso de mantenimiento de la paz en Azerbaiyán se completó el 12 de junio», afirmó el Ministerio azerbaiyano en un breve comunicado, casi dos meses después del inicio de las operaciones de salida de estos soldados rusos.

La retirada, que comenzó a mediados de abril, fue acordada entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y azerbaiyano, Ilham Aliev.

En el otoño de 2020, una guerra de seis semanas enfrentó a Azerbaiyán y a separatistas apoyados por Armenia por el control de Nagorno-Karabaj, y dejó 6.500 muertos.

Esta guerra terminó con una dura derrota de las fuerzas armenias, que tuvieron que ceder importantes territorios.  

Luego, Rusia desplegó una fuerza de mantenimiento de la paz de 2.000 soldados para hacer cumplir los términos del alto el fuego y la retirada de las tropas separatistas.

En septiembre de 2023, Azerbaiyán llevó a cabo una nueva ofensiva relámpago y se apoderó de todo Nagorno-Karabaj, sin que intervinieran fuerzas rusas, poniendo fin a tres décadas de conflicto con Armenia por el control del enclave.

Las autoridades armenias denunciaron entonces enérgicamente la inacción de su aliado ruso, considerado durante mucho tiempo el árbitro tradicional en el Cáucaso y desde entonces se ha acercado a Occidente.

Desde entonces, Bakú y Ereván han intensificado las negociaciones y anunciaron a mediados de mayo que habían acordado la delimitación de parte de la frontera común, requisito previo a cualquier acuerdo de paz duradero.

En este contexto, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, había aprobado anteriormente la restitución de cuatro aldeas fronterizas en la región de Tavouch, tomadas en los años 1990, lo que provocó un importante movimiento de protesta en su país.

Los manifestantes, alentados por su carismático líder, el arzobispo Bagrat Galstanian, han exigido diariamente la renuncia de Pashinian, quien llegó al poder en 2018 y ahora es considerado por ellos como un traidor.

Armenia devolvió así a finales de mayo los cuatro pueblos fronterizos en cuestión a su vecino azerbaiyano, y Pashinian juró que esta decisión tenía como objetivo garantizar la paz con Bakú.

Los observadores consideran que la implementación de este acuerdo, que cubre una sección fronteriza de 12,7 kilómetros de largo, es un paso clave hacia la normalización de las relaciones entre estos países rivales del Cáucaso después de décadas de disputas territoriales.

Armenia y Azerbaiyán se enfrentaron por primera vez en una guerra en la década de 1990, un conflicto ganado por Armenia.