¿Son las líneas eléctricas malos padres de la transición energética? El mundo tendrá que añadir o renovar 80 millones de kilómetros de redes de aquí a 2040 para alcanzar sus objetivos de neutralidad de carbono y garantizar su seguridad energética, advirtió el martes la Agencia Internacional de la Energía (AIE). “La falta de ambición y atención corre el riesgo de convertir a las redes eléctricas en el eslabón débil de las transiciones a las energías limpias”, advierte la AIE en un informe inédito. Sin «mayor atención política e inversión», las deficiencias en la calidad de las redes «podrían poner fuera de alcance el objetivo de limitar el calentamiento global» a 1,5°C en comparación con la era preindustrial, y «comprometer la seguridad energética», estima la Agencia. .
A medida que avance la producción de electricidad, generada por energías renovables destinadas a sustituir los combustibles fósiles responsables de los gases de efecto invernadero, la importancia de las redes «no hará más que aumentar», en particular debido a su carácter descentralizado de estas energías. Sólo este año, «en todo el mundo, el 80% de las nuevas centrales eléctricas fueron proyectos de energía renovable, especialmente solar y eólica», afirmó a la AFP Fatih Birol, director de la AIE.
Sin embargo, la AIE constata que las redes “no están a la altura del rápido ritmo de crecimiento” de estas energías verdes, coches eléctricos, bombas de calor, etc., según el informe. «Los gobiernos conceden mucha importancia a la construcción de centrales eléctricas pero olvidan (…) que esta electricidad debe transportarse a los hogares, a las estaciones de carga de vehículos o a la industria», indicó a la AFP Fatih Birol. «No dan suficientes prioridades a las redes» y no las planifican «con antelación», insistió.
Sin embargo, en menos de dos décadas sería necesario renovar o añadir el equivalente a 80 millones de kilómetros de redes en el mundo. «Si bien las inversiones anuales en redes (…) se han mantenido generalmente estables», es necesario duplicarlas «para alcanzar más de 600 mil millones de dólares al año en 2030», según la AIE. El tiempo se acaba: la AIE ha identificado “una cola grande y creciente (…) de proyectos de energía renovable” esperando ser conectados a la red, el equivalente a 1.500 GW de capacidad futura, o cinco veces la energía solar y eólica capacidad agregada en todo el mundo en 2022. Aproximadamente el 50% de estos proyectos pendientes se encuentran en los Estados Unidos, el 20% en Europa, seguido de Japón y otros países del mundo.
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Según la AIE, el retraso en el despliegue de las renovables por falta de medidas en las redes generaría unas emisiones adicionales de CO2 de alrededor de 60.000 millones de toneladas acumuladas entre 2030 y 2050. El equivalente a las emisiones del sector del automóvil en los últimos cuatro años. De hecho, tal escenario colocaría “el aumento de la temperatura global muy por encima del objetivo del Acuerdo de París de 1,5°C, con un 40% de probabilidad de que supere los 2°C”. Los gobiernos deben «apoyar proyectos (…) a gran escala» y «los desarrolladores y operadores de redes deben adoptar la digitalización» para diseñar redes «más resilientes y flexibles», insta la Agencia.