Doce años después de la entrada en vigencia del Tratado de Promoción Comercial entre Panamá y Estados Unidos, se espera que varios productos vean una reducción en sus aranceles de importación el próximo año. Por ejemplo, la carne bovina deshuesada, que actualmente tiene un arancel del 5%, disminuirá al 2.5%, la carne de cerdo pasará del 15.5% al 7.7%, el muslo de pollo del 162.5% caerá al 130%, y la leche y el maíz verán sus aranceles reducidos del 17.1% al 8.6% y del 16.2% al 8.1%, respectivamente.
Sin embargo, esta situación empeorará en 2026 cuando estos productos alcancen una desgravación del 0%. Carlos Pitty, presidente de la Asociación Nacional de Porcinocultores de Panamá, expresó su escepticismo sobre si el gobierno actual hará esfuerzos para modificar estos aspectos sensibles del tratado. Pitty señaló la falta de comunicación con los productores, quienes tienen un conocimiento práctico del negocio.
A pesar de las voces que plantean la renegociación del tratado, Juan Pastor Guevara, presidente de la Asociación de Porcicultores Unidos de Panamá, considera que es una pérdida de tiempo y que no hay tiempo para ello. Guevara también mencionó la falta de respuesta por parte de las autoridades a solicitudes de revisión de normas técnicas para productos porcinos frescos.
Carlos Pitty lamenta que las negociaciones estén siendo manejadas por personas sin experiencia en producción, lo que ha llevado a consecuencias negativas como un aumento en el costo de vida en lugar de una reducción como se había prometido. Pitty señaló que es difícil competir con productos importados que se venden por debajo de su costo de producción, lo que refleja una triste realidad en el campo local.
La Asociación Nacional de Avicultores también destaca la dificultad de competir con Estados Unidos en el mercado avícola debido a las protecciones que este país impone. El comercio avícola sigue siendo de una sola vía, ya que Panamá no puede exportar pollo a Estados Unidos.
El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura destaca que los países de la región deben administrar los acuerdos comerciales de manera que contribuyan al crecimiento socioeconómico y la seguridad alimentaria. En el caso de Panamá, se enfrenta al desafío de un aumento en el déficit comercial agroalimentario en los últimos años.
Los productores critican la falta de acciones concretas por parte de la administración anterior para renegociar el tratado, y en cambio, se centraron en promulgar una ley para proteger el agro panameño. A pesar de estas medidas, el sector agrícola local sigue enfrentando desafíos para competir con los productos importados.
En conclusión, el Tratado de Promoción Comercial entre Panamá y Estados Unidos ha tenido un impacto significativo en varios sectores agropecuarios en Panamá. A pesar de las reducciones arancelarias, los productores locales siguen enfrentando dificultades para competir con los productos importados, lo que plantea desafíos para la economía y la seguridad alimentaria del país.