El resultado del último día de votaciones no dejó lugar a dudas: Vladimir Putin fue reelegido presidente de Rusia por seis años más este domingo 17 de marzo con más del 87% de los votos, según las primeras estimaciones y los resultados de una encuesta. un instituto estatal, Vtsiom. Las cifras se publicaron poco después del cierre de los últimos colegios electorales a las 19.00 horas, hora francesa, en el enclave de Kaliningrado.
Invasión de Ucrania, represión en Rusia, confrontación con Occidente: Vladimir Putin, en el poder durante un cuarto de siglo, fue reelegido el domingo jefe del Kremlin para un quinto mandato como señor de la guerra autoritario.
Los detractores del presidente ruso, que dirige el país desde hace 24 años, quisieron manifestarse acudiendo a las urnas a la misma hora, al mediodía. Pero el dueño del Kremlin podía contar con una popularidad muy real y quería hacer de las elecciones presidenciales una demostración de la unidad del país. Al final de la tarde, la participación nacional se situó en el 73,33%, récord según cifras oficiales. En general, la movilización de la oposición se desarrolló con calma, pero la ONG OVD-Info, especializada en el seguimiento de la represión, informó de al menos 74 detenciones en Rusia por diversas formas de protestas electorales.
Vladimir Putin, de 71 años, se enfrentó a tres candidatos insignificantes y elegidos cuidadosamente. La oposición ha sido diezmada por años de represión que se aceleró aún más con el conflicto en Ucrania y culminó con la misteriosa muerte de Alexei Navalny en una prisión del Ártico en febrero.
El líder ruso, que hizo reformar la Constitución en 2020 para poder permanecer al frente del país hasta 2036, ya ha cumplido cuatro mandatos (dos de cuatro años, otros dos de seis años), interrumpidos por un interludio como primer ministro. A lo largo de los años, la vertical del poder establecida por Vladimir Putin, desde la KGB soviética y llegando al Kremlin el 31 de diciembre de 1999, ha revelado dos características principales de su régimen.
El primero, el de un endurecimiento constante, primero con el alineamiento de los oligarcas, la segunda guerra chechena, la asfixia de las libertades públicas, de los medios de comunicación y de la oposición. Segunda característica: una búsqueda de poder geopolítico, con la guerra en Georgia (2008), la anexión de Crimea ucraniana (2014), la intervención militar en Siria (2015) y la invasión de Ucrania (2022).