Ésta era la pregunta que agitaba a la cúpula del Estado desde hacía varios días: ¿Emmanuel Macron debería asistir a la marcha organizada el domingo contra el antisemitismo? Entre su deseo de mantener el estatus de “padre de la nación” y su deseo de mostrar su solidaridad con los franceses de fe judía, el dilema era completo. El viernes por la noche, el presidente decidió: no participará en las procesiones, según informa BFMTV, confirmado en Le Figaro.

Alors que la première ministre, une grande partie du gouvernement, des personnalités institutionnelles, et les anciens présidents de la République seront présents dimanche, l’Élysée a fait savoir qu’Emmanuel Macron «combat sans relâche toutes les formes d’antisémitisme depuis le premier día.» Por eso el presidente “saluda con respeto a quienes el domingo marcharán por la República, contra el antisemitismo y por la liberación de los rehenes”. «Que se produzcan concentraciones, en todas partes de Francia, para retransmitir esta lucha es motivo de esperanza», añadió el Palacio.

Hay que recordar que la preparación de esta reunión, iniciada por los presidentes de las dos cámaras a principios de semana, ha estado marcada en los últimos días por la polémica. Si La Francia Insumisa, acusada de no haber calificado a Hamás de organización terrorista, anunció rápidamente su no participación, la RN, en una lógica de notabilidad, desarrolló una estrategia opuesta. Y irá allí. Una táctica que fue denunciada por el gobierno y parte de la izquierda. Que prevé establecer un “cordón sanitario” con el partido nacionalista el domingo. Los organizadores Yaël Braun-Pivet y Gérard Larcher, por su parte, sostuvieron que no marcharían “al lado de la RN”.