Tres mujeres han muerto con pocos días de diferencia desde el fin de semana pasado a consecuencia de sus heridas en el incendio provocado en un edificio en Buenos Aires, que los círculos LGBT describieron como un “crimen de odio” dirigido a dos parejas homosexuales.
Una tercera víctima, de 43 años, murió el domingo por la mañana, dijeron autoridades sanitarias de Buenos Aires y la Federación LGBT Argentina.
Una primera mujer de 52 años murió poco después de los hechos, otra de la misma edad el miércoles, tras el incendio ocurrido durante la noche del domingo al lunes, en el partido de Barracas, en un “conventillo”, una especie de colectivo. alojamiento-pensión ocupado por varios hogares, a menudo uno por habitación.
Un hombre de 62 años, que vivía en el edificio desde hacía varios años, por motivos desconocidos, arrojó un explosivo casero, probablemente un cóctel molotov, en una habitación donde vivía una pareja de lesbianas y se alojaba otra. Una treintena de ocupantes del edificio tuvieron que ser evacuados y el autor del ataque fue detenido en el lugar, tras intentar autolesionarse.
Ni la policía ni los tribunales han comunicado el motivo ni el contexto preciso del ataque, pero la federación LGBT y organizaciones de derechos humanos señalaron esta semana un «crimen de odio» dirigido a parejas de lesbianas.
El Ministerio de la Mujer de la provincia de Buenos Aires (de corte peronista, opuesto al presidente ultraliberal Javier Milei), denunció por su parte un “delito de lesbofobia”, que “no es un caso aislado, sino incluido en discursos repetidos irresponsablemente por el Gobierno.
Desde su llegada al poder en diciembre, el gobierno de Javier Milei ha tomado medidas, o al menos hecho anuncios, dirigidas a símbolos del feminismo o de la diversidad: abolió el Ministerio de la Mujer, anunció que cerrará el Instituto Nacional contra la Discriminación y prohibirá las políticas inclusivas. en el ejército -donde no era una directiva- y en la administración nacional.
«Anarcocapitalista» y «libertario», como se define, el presidente argentino ha asegurado reiteradamente, en nombre del «proyecto de libertad de vida», que está a favor de las uniones entre personas del mismo sexo, una » contrato que puede ser de dos, tres o 50 si quieres», incluso «con un elefante, si él quiere», declaró un día.
Pero en su entorno, en su esfera de influencia, varias personalidades han asumido un discurso que crea, según la oposición, un clima de homofobia: por ejemplo, un amigo íntimo -y biógrafo- del presidente, Nicolás Márquez, que recientemente describió la homosexualidad como un comportamiento “enfermizo y autodestructivo”.