Le Figaro Burdeos

Hay fechas que no puedes olvidar. Para Adeline y Romain, septiembre de 2021 habrá sido el peor mes de sus vidas. El 14 de septiembre, su hija Clémence fue intervenida quirúrgicamente del corazón en el hospital Haut-Lévêque de Pessac (Gironda), una última operación que permitiría a esta pequeña de dos años y medio volver a una vida normal. Pero una sucesión de errores médicos -que supuestamente el hospital trató de encubrir- lo llevaron a la muerte. Desde entonces, Adeline y Romain luchan por saber la verdad sobre la muerte de su hijo.

Clemence era realmente un bebé buscado. Sus padres, afincados en Charente, utilizaron la fecundación in vitro (FIV) durante cuatro años. Milagro, el 16 de noviembre de 2018 nació Clémence. Pero ella viene al mundo con una patología cardiaca, que requiere tres operaciones para remediarla definitivamente. Las dos primeras operaciones, las más pesadas, transcurrieron sin problemas. Pero durante el tercero, una sobredosis de bicarbonato de sodio provoca la muerte de la pequeña, y es solo porque su madre es enfermera y hace la pregunta correcta que la verdad sale a la luz.

Leer tambiénEn Gironda, los vigilantes de incendios comienzan su última temporada

El abogado de la familia, Maître Coubris, recuerda que son varios los elementos que contribuyen a convertir el caso de Clemence en «la caricatura del error médico». Antes de la operación, la pequeña se queda sola con un interno de medicina, mientras el anestesiólogo y la enfermera salen del quirófano. El interno comete un error e inyecta una dosis de bicarbonato de sodio entre cinco y diez veces superior a la normal. Al darse cuenta rápidamente de su error, la estudiante informa al anestesista, pero no se hace nada y la operación sale según lo planeado. Los padres no están informados y solo cuando el estado de Clémence se deteriora bruscamente se les informa que su hija se encuentra en estado grave. El hospital les explica que esto se debe a las consecuencias de su patología cardíaca.

«Durante la entrevista, el anestesista me dijo que Clémence tiene importantes trastornos iónicos», le dijo Adeline a Le Figaro. “Se me activa el cerebro de enfermera”, explica esta madre, que sigue buscando todos los medios para salvar a su hijo, y responde que su hija tenía buenos análisis de sangre antes de la operación. Aquí es donde “el jefe de reanimación baja la cabeza y nos dice que Clémence tuvo una sobredosis”. Su esposo se va, dando un portazo para no atacar a un representante de la profesión médica. “El cirujano estaba llorando”, explica Adeline, “porque pensó que era él quien había hecho una estupidez”.

Esta información molestó a los padres, quienes denuncian un deseo de «ocultamiento» por parte del hospital. “Nos hubieran hecho creer que no aguantaba su montaje cardíaco”, se indigna Adeline. Su marido habla de una «omerta en el hospital». Casi dos años después de la tragedia, los esposos están impulsados ​​por su deseo de obtener de la justicia la verdad sobre la muerte de su hija. Aunque los plazos son especialmente largos y complejos en este ámbito, se arman de paciencia. “Le hicimos la promesa en su cama de hospital”, explica su padre. «No nos rendiremos».