Le Figaro Burdeos

La etiqueta, realizada el día de Navidad, no parece nada trivial. En el pequeño pueblo de 146 almas de Saint-Pantaly-d’Excideuil, en Dordoña, una dura prueba muestra desde el 24 de diciembre la etiqueta «Islam», escrita con una bomba negra a lo largo de su cruz. Las manos que dañaron este oratorio católico también cuidaron de incluir una luna creciente, emblema de los creyentes musulmanes.

“Es despreciable, repugnante, infantil… Y es un reflejo de la sociedad actual. Todos se ríen de todo. Estoy ignorando el sacrilegio y no voy a lanzar discursos de odio, pero quienes escribieron esto son imbéciles que no respetan la religión de nuestros antepasados”, lamenta Quentin Marty, el propietario del terreno donde se suscitó este calvario. 1800. El agricultor católico y funcionario electo de la comuna, consciente de que este patrimonio cristiano se encuentra en este estado desde hace dos meses, asegura que tiene intención de limpiarlo y presentar una denuncia, pero explica que “aún no ha encontrado cinco minutos » para hacerlo.

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Alertada por un vecino «conmocionado» por este deterioro de un bien religioso, la asociación S.O.S Calvaires, reconocida de interés general, publicó el jueves una fotografía del mismo en las redes sociales. Desde entonces, no han dejado de llegar ofertas de buena voluntad para limpiarlo. «Intentamos no denunciar estos daños con demasiada frecuencia porque pueden parecer sensibleros», explica Alexandre Caillé, director general de S.O.S Calvaires. Pero los calvarios ya están sufriendo la obra del tiempo y el abandono, es doloroso verlos vandalizados. ¡Y éste ha sido etiquetado desde diciembre! Para restaurar este calvario sin dañar la piedra ni su vidrio, sería necesario utilizar un producto especial y costoso. Un proyecto que la asociación tiene previsto emprender si el propietario lo acepta.

La gendarmería nacional fue contactada y declaró que por el momento no se había ocupado del asunto porque Quentin Marty no había presentado ninguna denuncia. El ayuntamiento de Saint-Pantaly-d’Excideuil se niega a intervenir alegando que la cruz católica etiquetada se encuentra en una propiedad privada.