El gobierno escocés admitió el jueves que no podría alcanzar uno de sus objetivos climáticos, el de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 75% para 2030, sin abandonar su promesa de alcanzar la neutralidad de carbono en 2045. En un “contexto difícil de recortes presupuestarios «Y el retroceso del Reino Unido» en medidas climáticas clave, este «objetivo intermedio de 2030 está fuera de alcance», reconoció la ministra de Medio Ambiente, Mairi McAllan, ante el Parlamento escocés. «Ahora debemos actuar para trazar un camino hacia 2045, a un ritmo y escala que sea alcanzable, justo y equitativo», añadió. “Este gobierno no retrocederá ni un mes, una semana o incluso un día respecto del objetivo de neutralidad de carbono en 2045”, insistió también el primer ministro escocés, Humza Yousaf, durante las preguntas a los parlamentarios.
Para ello, Mairi McAllan presentó un paquete de nuevas medidas destinadas a acelerar la lucha contra el cambio climático, con la creación de 24.000 estaciones de carga de coches eléctricos de aquí a 2030 y el lanzamiento de proyectos para reducir las emisiones de metano en el sector de la cría. El gobierno escocés, en el que participan ambientalistas, también debería presentar una legislación para “responder a las preguntas” planteadas por un informe reciente.
De hecho, la Comisión sobre el Cambio Climático (CCC), organismo independiente encargado de asesorar al gobierno británico, estimó que el objetivo escocés para 2030 era “más allá de lo creíble”. El propio Yousaf admitió el jueves que esta promesa era “ambiciosa”. Ami McCarthy, de Greenpeace Reino Unido, criticó «la incapacidad del Gobierno escocés para aplicar las políticas necesarias para alcanzar» este objetivo fijado hace cinco años, «completamente realizable», según ella. «Hay que aprender lecciones de este vergonzoso paso atrás, tanto en Holyrood (el Parlamento escocés) como en Westminster» (el Parlamento de Londres), añadió.
Para todo el Reino Unido, el gobierno británico se ha fijado el objetivo de neutralidad de carbono para 2050, pero esta promesa parece cada vez más difícil de cumplir tras el polémico aplazamiento de varias medidas clave en la lucha contra el cambio climático, como la prohibición de Venta de coches térmicos nuevos del 2030 al 2035.