Los diputados españoles votan este jueves una ley destinada a frenar la subida de los alquileres y tratar de solucionar la endémica crisis inmobiliaria, que el Gobierno de izquierda quiere imponer como tema central de la campaña para las próximas elecciones. El Ejecutivo del socialista Pedro Sánchez confía en que este proyecto de ley, que luego deberá ser votado en el Senado, espera una rápida aprobación para que el texto entre en vigor antes de las elecciones autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo, consideradas una especie de primera vuelta de las elecciones legislativas previstas para finales de año. Presentada por Perdo Sánchez como la “primerísima ley de vivienda” del país desde el regreso de la democracia a España en 1975, este texto forma parte de las reformas prometidas a Bruselas a cambio de fondos del megaplan de recuperación post-Covid.
Según Madrid, debe ayudar a las personas que tienen dificultades para encontrar vivienda, limitando la especulación inmobiliaria, limitando las subidas de alquileres, desarrollando la oferta en zonas ‘tensas’ y ofreciendo más protección a las familias vulnerables amenazadas de paro’. “España se enfrenta a problemas de vivienda muy importantes”, dijo Pedro Sánchez a los diputados la semana pasada, y dijo que los alquileres habían aumentado una media del 45 % entre 2014 y 2021, lo que hace que la vivienda sea “inaccesible para muchas personas, especialmente para los jóvenes.
El aumento de los alquileres está en el centro de las preocupaciones en un país aún traumatizado por la crisis inmobiliaria provocada por la crisis financiera de 2008, que dejó en la calle a miles de familias sin poder pagar sus hipotecas. Con la intención de abordar estas preocupaciones, el proyecto de ley del gobierno prevé en detalle limitar los aumentos de alquiler, generalmente indexados a la inflación, al 3% en 2024: se creará un nuevo índice de revisión de alquiler para 2025.
El texto también otorga a las autoridades regionales el poder de clasificar los barrios donde los precios particularmente altos obligan a los inquilinos a mudarse a «áreas tensas», para regular las rentas allí. Por último, sanciona a los propietarios que dejen varias viviendas vacías, amplía la congelación de desalojos para inquilinos vulnerables y exige que las personas amenazadas de desalojo sean informadas de la fecha y hora exactas en las que deben abandonar el local.
Para la patronal del sector turístico Exceltur, el tope a los alquileres podría, no obstante, volverse en contra de los inquilinos, al empujar a los propietarios a alquilar su propiedad a corto plazo, en Airbnb por ejemplo, para escapar de las restricciones. “Podría terminar empeorando el problema”, advirtió en un comunicado.
«La única salida a la crisis (…) es invertir masivamente en vivienda social», dijo el sociólogo Jesús Leal, asegurando al diario El País que el texto debería haberse centrado más en la vivienda «con rentas independientes del mercado». Al decir que quería hacer de la vivienda asequible una prioridad, Pedro Sánchez admitió que la ley «no era suficiente» para resolver la crisis. “Por eso hay que aumentar la oferta de vivienda pública de la vergonzosa proporción del 3% del parque total de viviendas” a la cifra del “20%”, como en los “países más avanzados” de la UE, ha declarado.
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Avant le vote de jeudi, Pedro Sánchez a fait ces derniers jours plusieurs annonces prévoyant la construction ou la mise sur le marché d’un total de 113.000 logements sociaux dont une partie appartient à la Sareb, entité créée pour éponger les actifs saisis lors de la crisis financiera. Los anuncios inmobiliarios de Pedro Sánchez han sido criticados por el Partido Popular (PP), el principal partido opositor de derecha, que cree que no resolverán los problemas de vivienda a largo plazo. También acusa al texto de ofrecer una «oportunidad fantástica para los okupas» al hacer que el procedimiento de desalojo sea «más difícil y lento».