El papa Francisco se mantiene estable, sin crisis respiratoria, mientras continúa su internación en el hospital Gemelli de Roma, donde lleva 20 días ingresado por una doble neumonía. A pesar de su estado de salud delicado, el pontífice participó en el rito de la bendición de las cenizas, marcando así el inicio de la Cuaresma católica desde la tranquilidad de su habitación.
Estado de Salud de Francisco se mantiene estable, pero retomará ventilación mecánica esta noche
El Miércoles de Ceniza, que simboliza el inicio de la Cuaresma, fue celebrado con la misa de imposición de cenizas en la basílica de Santa Sabina, en Roma, donde los cardenales se reunieron en ausencia del papa. El cardenal italiano Angelo De Donaris leyó la homilía escrita por Jorge Bergoglio, agradeciendo sus oraciones y sufrimientos en nombre de la Iglesia y el mundo entero.
A pesar de alternar reposo y trabajo, el papa continúa recibiendo oxígeno de alto flujo y llevará una mascarilla de oxígeno nuevamente esta noche. La complejidad de su cuadro clínico mantiene el pronóstico reservado, y sus médicos han decidido retomar la ventilación mecánica para garantizar su bienestar.
Reposo y rezos
En el hospital Gemelli, conocido como “Vaticano III” por el papa Juan Pablo II, Francisco se recupera de una neumonía en ambos pulmones con sesiones de fisioterapia, reposo y plegarias. A pesar de haber sufrido dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda recientemente, el pontífice continúa luchando por su salud.
La ausencia del papa en las celebraciones religiosas ha generado preocupación entre los fieles, quienes se congregan en su honor en distintas partes del mundo. Desde Buenos Aires, donde creció Francisco, hasta las afueras del hospital en Roma, las muestras de apoyo y cariño son evidentes. La esperanza de que el papa pueda continuar con su obra y ser una voz en el desierto sigue presente en los corazones de los creyentes.
El cardenal venezolano Edgar Peña Parra, número 3 del Vaticano, visitó al papa en el hospital y destacó la humanidad del pontífice al llevar en su cuerpo las señales de la fragilidad y la enfermedad, como cualquier ser humano. La larga hospitalización de Francisco, la más extensa de su pontificado, renueva las preocupaciones sobre su salud y su capacidad para desempeñar sus funciones papales.
Los fieles, en un gesto de unión y solidaridad, continúan rezando por la pronta recuperación del papa Francisco, deseando que goce de buena salud durante muchos años más. La fragilidad humana se hace evidente en momentos como este, donde la fe y la esperanza son los pilares que sostienen la fortaleza de todos aquellos que rodean al pontífice en su lucha por la salud y el bienestar.