El Papa Francisco, de 88 años, se encuentra actualmente hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma, cumpliendo 18 días desde su ingreso. Su estado de salud ha experimentado una nueva recaída, siendo esta la tercera que sufre el primer papa latinoamericano, quien ha llegado a estar en estado crítico.
La última actualización médica indica que el líder espiritual de 1,400 millones de católicos en el mundo ha sufrido dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, lo que ha llevado a los médicos a realizar broncoscopias para aspirar las abundantes secreciones en sus pulmones. Además, se ha informado que el pontífice ha retomado la ventilación mecánica no invasiva para recibir oxígeno a través de una mascarilla.
Gravedad de la situación
Esta situación se vuelve aún más preocupante cuando se considera el historial clínico del Papa Francisco, quien a los 21 años estuvo al borde de la muerte por pleuresía y tuvo que someterse a una cirugía para extirparle una parte de su pulmón derecho. A pesar de las mejorías temporales, el pronóstico sigue siendo reservado, lo que indica la incertidumbre sobre su evolución.
Trabajo y oración en medio de la adversidad
A pesar de su estado de salud, el Papa Francisco continúa su tratamiento y descanso, combinando sus días con la lectura de prensa, la oración y la comunión. Además, ha retomado parcialmente sus responsabilidades como líder de la Iglesia Católica, realizando nombramientos de obispos y autorizando canonizaciones, como la del “médico de los pobres” José Gregorio Hernández. A pesar de la limitada cantidad de visitas permitidas en su habitación del hospital Gemelli, ha recibido la compañía de figuras importantes de la Santa Sede.
En cuanto a su presencia pública, el Papa no ha realizado apariciones ni se han divulgado imágenes desde la clínica, lo cual contrasta con sus costumbres anteriores. Sin embargo, el Vaticano mantiene a la comunidad informada sobre su evolución médica con comunicados diarios. Aunque se ausentó de la ceremonia del Ángelus por tercera semana consecutiva, el Papa envió un mensaje de agradecimiento a los fieles por sus oraciones.
En resumen, el estado de salud del Papa Francisco es motivo de preocupación y cautela, ya que su evolución sigue siendo incierta. A pesar de la gravedad de su condición, su espíritu resiliente y su compromiso con sus deberes religiosos continúan siendo un ejemplo de fortaleza y fe para millones de personas en todo el mundo.