El gobernador de Florida, Ron De Santis, firmó este lunes una ley destinada a restringir el acceso de menores de 16 años a las redes sociales, en un momento en el que el efecto de las plataformas sobre los jóvenes está causando preocupación en Estados Unidos. La ley, que entrará en vigor el próximo enero en este estado del sureste de Estados Unidos, estipula que los menores de 14 años no podrán abrir una cuenta en una red social. Los adolescentes de 14 y 15 años necesitarán el consentimiento de sus padres para registrarse en estas plataformas.
“Estamos tratando de ayudar a los padres a navegar por un terreno muy difícil”, afirmó el gobernador republicano al firmar el texto. El presidente de la Cámara de Representantes de Florida y principal impulsor del proyecto, Paul Renner, celebró la aprobación de la ley. «Sabemos… que se cometen más crímenes contra niños en las redes sociales que en cualquier otro lugar», dijo. «También sabemos que las redes sociales tienen un efecto devastador en la salud mental de nuestros niños».
La mayoría de plataformas establecen la edad mínima para abrir una cuenta en 13 años, pero esta regla es fácil de eludir. Algunos críticos de la ley dicen que corresponde a los padres, no a las autoridades, monitorear el uso de las redes sociales por parte de sus hijos. Otros temen una posible violación de la Primera Enmienda de la Constitución que garantiza la libertad de expresión.
Paul Renner hizo a un lado estos argumentos y dijo que las plataformas crean una adicción dañina. “La consulta permanente, los “me gusta” y los corazones que dan una pequeña dosis de dopamina” (…) nos animan a permanecer cada vez más tiempo en línea”.
Ron De Santis había rechazado otro proyecto de ley que prohibía el uso de las redes a los menores de 16 años, al considerar que el texto no tenía suficientemente en cuenta los deseos de los padres. El gobernador, candidato fracasado a la nominación republicana en las próximas elecciones presidenciales, ha dicho repetidamente que los padres deben tener más control sobre las decisiones que conciernen a sus hijos, especialmente en materia de educación.
En Florida, como en otros estados, los legisladores han buscado darle a los padres más influencia en áreas consideradas controvertidas como las clases sobre temas relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.