Estados Unidos llevó a cabo ataques que dejaron dos muertos contra grupos armados proiraníes en Irak en represalia por los recientes ataques contra tropas estadounidenses o la coalición antiyihadista en Irak y Siria, afirmó el martes 23 de enero el líder del Pentágono Lloyd Austin. .

«Las fuerzas militares estadounidenses llevaron a cabo ataques necesarios y proporcionados contra tres instalaciones utilizadas por las Brigadas de Hezbolá respaldadas por Irán y otros grupos afiliados a Irán en Irak», dijo Lloyd Austin en un comunicado. «Estos ataques de precisión son una respuesta directa a una serie de ataques contra personal estadounidense y de la coalición en Irak y Siria por parte de milicias patrocinadas por Irán», dijo en referencia a la coalición internacional contra el grupo Estado Islámico (EI). «No buscamos escalar el conflicto en la región», pero «estamos totalmente preparados para tomar medidas adicionales para proteger a nuestra gente y nuestras instalaciones», añadió.

El Comando militar estadounidense en Oriente Medio (Centcom) precisó que los ataques tuvieron como objetivo “el cuartel general de las Brigadas de Hezbolá, así como lugares de almacenamiento y sitios de entrenamiento para cohetes, misiles y drones de ataque unidireccionales”. Los ataques tuvieron como objetivo las brigadas de Hezbolá en una zona a unos sesenta kilómetros al sur de Bagdad (Jurf al-Sakhr), así como en la región de Al-Qaim, en la frontera con la vecina Siria, informó a la AFP un responsable de seguridad y otro responsable de Hachd al- Chaabi, un grupo proiraní que incluye a las Brigadas de Hezbolá. Estos dos funcionarios informaron de dos muertes en el sector de Al-Qaïm.

Desde mediados de octubre, más de 140 ataques con aviones no tripulados o ataques con cohetes han tenido como objetivo a soldados estadounidenses y de la coalición en Irak y Siria, en un contexto regional explosivo alimentado por las repercusiones de la guerra en Gaza entre Israel -aliado de Washington- y el Movimiento islamista palestino Hamás, apoyado por Irán. Washington tiene alrededor de 2.500 soldados en Irak y casi 900 en Siria comprometidos con la coalición internacional lanzada en 2014 para luchar contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).