(Washington) La inflación se desaceleró hasta el 2,6% en mayo en Estados Unidos, según el índice PCE, favorecido por el banco central estadounidense (Fed), y publicado el viernes, un día después del debate entre Donald Trump y Joe Biden, que se culparon mutuamente por el aumento de precios.

La caída está en línea con las expectativas de los analistas. Y esta medida de inflación avanza en la misma dirección que el índice de inflación IPC, comunicado a mediados de junio, y sobre el que se indexan las pensiones.

Según el índice PCE publicado el viernes por el Departamento de Comercio, los precios al consumidor aumentaron un 2,6% interanual en mayo, frente al 2,7% de abril. Durante un mes, se mantuvieron iguales, con una tasa de inflación nula, frente al 0,3% del mes anterior.

El índice PCE es el preferido por el banco central estadounidense (Fed). La institución quiere devolverlo al 2% y espera lograrlo en 2026. El FMI, más optimista, cuenta con mediados de 2025.

El cambio anual del PCE “se desaceleró a su ritmo más lento desde 2021 y está dentro del alcance del objetivo del 2% de la Reserva Federal”, comentó Rubeela Farooqi, economista jefe de High Frequency Economics.  

Excluyendo los datos volátiles sobre alimentos y energía, la llamada inflación subyacente cayó en mayo al 2,6% interanual, tras el 2,8% del mes anterior, y al 0,1% intermensual frente al 0,3%.

La inflación estará en la mente de los estadounidenses cuando voten el 5 de noviembre para elegir a su nuevo presidente. Este tema es tan importante que abrió el jueves por la tarde el primer debate televisado de la campaña entre los dos candidatos.

Donald Trump acusó al presidente demócrata saliente, Joe Biden, de estar detrás de la inflación que, según el candidato republicano, está “matando” a Estados Unidos.

Joe Biden acusó a su predecesor de haber “realmente diezmado la economía”. “Por eso no hubo inflación”, dijo cuando asumió el cargo en la Casa Blanca en enero de 2021.

Pero los consumidores siguen preocupados por las consecuencias de la inflación en su poder adquisitivo. Su nivel de confianza se deterioró en junio, aunque menos de lo esperado, según la estimación final de la Universidad de Michigan, publicada también el viernes.

Los ingresos de los hogares estadounidenses crecieron más rápido en mayo que en abril (0,5% frente a 0,3%), al igual que su gasto (0,2% frente a 0,1%), según cifras del Departamento de Comercio.

Sin embargo, se espera que el gasto de los consumidores crezca más lentamente a partir de ahora, «a medida que la desaceleración de la dinámica del mercado laboral limita el crecimiento de los ingresos y empuja a más familias a restringir su gasto en un contexto de reservas de ahorro reducidas y una mayor deuda», señaló Lydia Boussour, economista de la UE. EY Partenón.

El consumo es el motor del crecimiento de la mayor economía del mundo: representa más de dos tercios del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos.

Sin embargo, «el contexto inflacionario está evolucionando favorablemente y, asociado a una evolución más moderada del gasto de los hogares y del crecimiento, favorece un giro de la política monetaria hacia una orientación menos restrictiva, quizás a partir de septiembre», añadió Rubeela Farooqi.

Es decir, la Reserva Federal podría finalmente bajar los tipos, que llevan casi un año en su nivel más alto desde 2001, hasta el rango del 5,25 al 5,50%. Esto haría que el crédito fuera menos costoso para los hogares y las empresas.

La Reserva Federal había advertido, durante su última reunión a mediados de junio, que sería necesario observar varios meses de caída de la inflación para que se pusiera en marcha la reducción de tipos.

Su presidente, Jerome Powell, estimó en particular que el aumento de los salarios, que es una buena noticia para el bolsillo de los estadounidenses, sigue siendo demasiado elevado para permitir que la inflación vuelva a un nivel aceptable.