Le Figaro Lyon
Como cada año, la diócesis de la ciudad de Lyon organizará una procesión el 8 de diciembre entre la catedral de Saint-Jean y la basílica de Fourvière. En un comunicado de prensa publicado a principios de semana, la Iglesia católica, sin embargo, se desmarcó oficialmente de la manifestación organizada por la ultraderecha, asegurando que “no tiene intención de asumir la responsabilidad de posibles disturbios provocados por la infiltración de individuos o grupos que tengan objetivos distintos al de la oración” y a quienes la diócesis pide “no unirse a la procesión”.
En esencia, esta declaración no es inédita por parte de la diócesis, que ha afirmado esta posición cada año, pero en la forma este comunicado de prensa publicado en su página de Internet y en las redes sociales es una novedad. Se produce en un contexto de “tensiones sociales exacerbadas en los últimos meses”, asegura la diócesis de Lyon.
Por parte de los servicios estatales, se publicó un decreto para prohibir la marcha “Lugdunum Suum” del movimiento identitario Les Remparts, nacido de las cenizas de la Génération identitaire, disuelta por Gérald Darmanin hace dos años y blanco del Ministro del Interior. por su participación en acciones violentas y manifestaciones prohibidas en las últimas semanas en las calles de Lyon.
Una decisión similar fue adoptada el año pasado por los servicios estatales, que no impidieron a estos activistas de ultraderecha unirse a la manifestación sin signos distintivos, haciendo «difícil» la intervención de la policía entre los fieles. “Esto no prohíbe solicitar acciones judiciales a posteriori si consideramos que la orden no ha sido respetada”, concluye la prefectura del Ródano.