El ministro de Sanidad, François Braun, se mostró el sábado 8 de abril con reservas sobre una ley de “ayuda activa al morir”, como recomienda el Convenio sobre el final de la vida, al considerar que la prioridad debe ir “al refuerzo de lo existente”. “El debate sobre la asistencia activa al morir sigue abierto. Un texto de ley que vaya en esta dirección cambiaría profundamente nuestra sociedad y nuestra relación con la muerte”, dijo el ministro, que habló por primera vez sobre el tema en Le Monde.

“Si la sociedad avanzara en la dirección de la asistencia activa al morir, sólo podría ser en casos muy concretos y que deberían ser supervisados ​​rigurosamente”, juzga mientras Emmanuel Macron anunciaba un proyecto de ley del final de la vida “por la final del verano». La Convención sobre el final de la vida, formada por 184 ciudadanos que acaban de debatir el tema durante tres meses, respondió tres cuartas partes «sí» a la «ayuda activa para morir», concretamente el suicidio asistido o la eutanasia, al igualar sin embargo sus posiciones han Restricciones importantes.

La legislación actual, fijada por la ley Claeys-Leonetti de 2016, permite a los cuidadores sedar de forma irreversible a pacientes próximos a la muerte, cuyo sufrimiento es intolerable. Pero no llega a autorizar el suicidio asistido (el propio paciente se administra el producto letal) o la eutanasia (se lo inyecta un cuidador).

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Según François Braun, incluso modificando la ley, “nunca responderemos a todas las situaciones”. Es “cada vez el final de una vida y cada situación es diferente”. “Sea cual sea la opción que pongamos sobre la mesa, hay que priorizar el fortalecimiento de lo que ya existe. Por una mayor apropiación de las voluntades anticipadas, por profesionales de la salud mejor capacitados, por un mejor uso de la sedación profunda y continua hasta la muerte: son herramientas que fortaleceremos apoyando los cuidados paliativos”, promete.

El ministro dice estar «convencido de que si lo conseguimos, habrá muchas menos solicitudes de ayuda para morir». Si la legislación evolucionara hacia la asistencia activa al morir, entonces François Braun “no quiere que pueda imponerse como una obligación a los médicos” y “no cree que deba hacerse necesariamente en un entorno médico”.