Los angloparlantes tienen una expresión para el miedo a perder una oportunidad: FOMO, o miedo a perderse una oportunidad. En los últimos meses, un número increíble de inversores ha estado obsesionado con las acciones del gigante de la inteligencia artificial y fabricante de chips electrónicos Nvidia.

Un número impresionante de personas cercanas a mí me hablan de ello como si fuera el Santo Grial de la inversión y que sería un grave error desaprovechar una oportunidad que quizás nunca vuelva a presentarse.

Esta FOMOitis aguda parece afectar a inversores con experiencia limitada en el mercado de valores, a menudo de la cosecha 2020-2021, que dedican poco tiempo a analizar los valores del mercado de valores y que invierten siguiendo su intuición. Espero que los siguientes argumentos generen cierta reflexión entre los inversores que esperan conseguir un éxito invirtiendo en esta tendencia del momento.

Entendámonos bien. No digo que Nvidia no sea una gran empresa. Desafortunadamente, existe una gran diferencia entre un gran negocio y una buena inversión. Todo depende del precio que se pague por los beneficios futuros de la empresa.

En septiembre de 2022, la capitalización de mercado de Nvidia ya era apreciable y alcanzaba aproximadamente los 300.000 millones de dólares. En menos de 22 meses, el valor de las acciones se ha disparado y se ha multiplicado por 11, alcanzando ahora más de 3,4 billones de dólares. El problema con este tipo de progresión es que la ley de los grandes números eventualmente siempre nos alcanza.

¿Sabías que en conjunto, los mercados bursátiles de Estados Unidos valen poco más de 54 billones de dólares?

No os engañeis, os garantizo que la evolución futura de la acción será considerablemente inferior a la de los últimos meses; Nvidia matemáticamente no puede llegar a ser más grande que el mercado.

Por favor, seamos racionales. Al 20 de junio, ninguna empresa tenía una capitalización de mercado mayor que Nvidia.

Como diría Martin St-Louis, el mercado de valores es un juego de expectativas. Las expectativas del mercado para Nvidia son espectaculares y su precio actual refleja una ejecución futura impecable. Morningstar espera un crecimiento compuesto del 29% anual durante la próxima década.

Utilizando las ganancias por acción de 2024 como punto de partida, se espera que alcancen más de 165 dólares en 2034. Las expectativas para 2025 rondan los 27 dólares por acción, un aumento fabuloso de casi el 110%. ¿Qué pasará si el crecimiento futuro no cumple con las descabelladas expectativas del mercado?

Como siempre, la locura se desvanecerá y los nuevos inversores seguirán siendo los grandes perdedores… hasta el siguiente momento del día.