El legendario barco español «San José» se encuentra frente a las costas de Colombia, cargado con miles de millones en tesoros. Los investigadores quieren ahora examinar el fondo marino de forma «no intrusiva», pero ningún buceador puede recuperar el tesoro.
Colombia ha tomado medidas para proteger el “Santo Grial” de todos los naufragios. Como informó el New York Post el miércoles (22 de mayo), el país le ha dado un nombre especial al famoso buque de guerra español que se encuentra frente a la costa del Caribe. Se trata del San José, del que se dice que está cargado de esmeraldas, oro y plata por valor de 17 mil millones de dólares. El barco ha sido declarado ahora “reserva arqueológica” para garantizar su “conservación a largo plazo”.
Según el Ministerio de Cultura de Colombia, esta medida tiene como objetivo garantizar la “protección del patrimonio” y permitir el “desarrollo de actividades de investigación, conservación y evaluación”. “No es un tesoro, no lo tratamos como tal”, afirmó el ministro de Cultura, Juan David Correa, según el New York Post.
El San José, un buque de guerra de 60 cañones, se hundió en aguas cercanas a la isla de Barú, Cartagena, después de una batalla con buques de guerra británicos durante la Guerra de Sucesión Española. Fue descubierto por los colombianos recién en 2015. El sorprendente hallazgo desató una disputa sobre la propiedad de los restos del naufragio, entre Colombia, España, comunidades indígenas bolivianas y una empresa estadounidense.
Los investigadores han lanzado ahora una expedición para fotografiar el barco utilizando “sensores remotos no intrusivos”. Una vez que los resultados de esta misión estén disponibles, podrían seguir más expediciones para recuperar material arqueológico del San José.
Como también informa CNN, los investigadores también planean utilizar un barco submarino con tecnología de seguimiento acústico y un vehículo controlado a distancia con varios sensores y herramientas que pueden sumergirse hasta las profundidades del sitio. Lo que complica todos los esfuerzos, según “Metro”, es que ningún buzo puede sumergirse lo suficientemente profundo como para recuperar el tesoro.
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