Los suministros de armas destinados a Ucrania están bloqueados en Alemania, Washington denuncia la detención de uno de sus ex suboficiales en Rusia… Le Figaro hace balance de la situación en Ucrania este jueves 28 de diciembre.

Una empresa de armas codicia tierras para aumentar su producción en beneficio de Ucrania. El municipio en cuestión, en el oeste de Alemania, se opone a esto en nombre del desarrollo local. Y se está poniendo en duda toda la capacidad de Europa para fabricar más armas. El alcalde de Troisdorf, una ciudad de casi 80.000 habitantes no lejos de Colonia, no esperaba verse atrapado en el torbellino de la política internacional. Pero fue a él a quien el ministro alemán de Defensa desafió a principios de diciembre en la Cámara de Diputados, pidiendo a los municipios y regiones que trabajaran para acelerar el ritmo de fabricación de armas. «La presión (…) es grande porque en Europa y Alemania hay un verdadero cuello de botella en materia de municiones», afirmó el ministro Boris Pistorius.

Desde hace semanas, el municipio de Troisdorf enfrenta un enfrentamiento con el gigante armamentista alemán Diehl Defence, que produce en su fábrica local los dispositivos de ignición necesarios para cebar grandes cantidades de explosivos, por ejemplo cargas de misiles y cohetes.

Para Marie-Agnes Strack-Zimmermann, presidenta del Comité de Defensa del Bundestag, la posición del alcalde de Troisdorf «es sencillamente irresponsable». «Se trata de Ucrania, pero también y sobre todo de la seguridad de Alemania», lamenta a la AFP. El alcalde de Troisdorf se muestra por el momento insensible a la presión nacional. Desde la mediación hasta las reuniones de conciliación, la última antes de Navidad, todavía no se ha llegado a ningún compromiso. No es el único que se resiste. Este verano, el grupo Rheinmetall, otro buque insignia de la industria armamentística alemana, anunció que renunciaría a construir una fábrica de pólvora en la región de Sajonia, en el este de Alemania.

El ex marine estadounidense Paul Whelan lleva cinco años encarcelado “injustamente” por espiar en Rusia, afirmó este miércoles el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, asegurando que hará todo lo posible para obtener su liberación. «El 28 de diciembre se cumplirán cinco años desde la injusta detención del ciudadano estadounidense Paul Whelan por parte de las autoridades rusas», dijo en un comunicado. «No pasa un día sin que el gobierno americano desplegue intensos esfuerzos para traerlo de regreso al país», aseguró el secretario de Estado.

El ex suboficial de la Infantería de Marina Paul Whelan, de 53 años, cumple una condena de 16 años de prisión en un caso que el interesado y Washington consideran inventado. Detenido en una colonia penitenciaria en Mordovia, en el centro de Rusia, Paul Whelan se declaró «abandonado» por Estados Unidos, al que acusó de «traición» por no haberlo repatriado, en una entrevista publicada el 20 de diciembre por la BBC. Dijo que pasa sus días cosiendo ropa y sombreros en una fábrica de la prisión, una instalación donde, según dice, la temperatura es de -15 grados centígrados y donde, según dice, recientemente fue atacado por un compañero de prisión.

Estados Unidos asegura que Rusia rechazó todas sus ofertas, incluida una calificada de “consecuentes”, para la liberación de Whelan y del periodista estadounidense del Wall Street Journal Evan Gershkovich. El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo a mediados de diciembre que «esperaba» un acuerdo «mutuamente aceptable» sobre esta cuestión. El 21 de diciembre, la Casa Blanca dijo que estaba preparando una nueva propuesta para Rusia. Los dos países se acusan mutuamente de detener a sus nacionales con fines políticos y en los últimos años se han producido varios intercambios de prisioneros. En particular, Estados Unidos obtuvo a finales de 2022 la liberación de Brittney Griner, estrella del baloncesto estadounidense detenida en Rusia, a cambio de la de Viktor Bout, famoso traficante de armas ruso.