Esta vez debería ser una formalidad: el Senado estadounidense abordará a partir del martes un enorme plan de ayuda a Ucrania, adoptado el sábado tras meses de dolorosas negociaciones en la Cámara de Representantes. El líder de los senadores demócratas, que controlan la cámara alta del Congreso estadounidense, Chuck Schumer, había prometido el sábado «terminar el trabajo» sin demora.
El jefe de los senadores republicanos, Mitch McConnell, estimó que era “el turno del Senado de hacer historia” al adoptar el enorme programa de asistencia militar que Joe Biden exige desde hace meses. El texto, que prevé un gigantesco paquete de 95 mil millones de dólares en ayuda para Ucrania, Israel y Taiwán, podría adoptarse antes de fin de semana y enviarse al presidente demócrata para su promulgación. Todo debería ser mucho más fluido que las largas y difíciles negociaciones en la Cámara de Representantes, el otro componente del Congreso estadounidense, dominado por los republicanos.
Joe Biden prometió el lunes a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, enviarle ayuda militar «rápidamente», una vez que el texto fuera adoptado en el Senado y luego firmado por él. Del monto total presentado al Congreso de Estados Unidos, la mayor parte, 61 mil millones de dólares, está destinada a Ucrania, que enfrenta una situación complicada en el campo de batalla que enfrenta Rusia.
El ejército ucraniano se enfrenta a una escasez de nuevos reclutas y municiones, lo que lo debilita ante la presión constante de las tropas rusas en el Este. Se espera que la situación en el frente empeore aún más hacia mediados de mayo y principios de junio, lo que será un “período difícil”, advirtió el lunes el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov.
Volodymyr Zelensky cuenta ahora con un envío de ayuda «rápido y potente» que «reforzará nuestras capacidades de defensa antiaérea, de largo alcance y de artillería», indicó en X, tras su conversación telefónica con Joe Biden. El debate en el Congreso sobre la ayuda a Ucrania ha puesto de relieve las divisiones entre demócratas y republicanos, pero también la dilación dentro del propio campo conservador, en el contexto de la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre. Enfrentará a Joe Biden con su predecesor republicano Donald Trump.
El sábado, durante la votación en la Cámara de Representantes, los parlamentarios ondearon banderas ucranianas en señal de apoyo a Kiev, ante los abucheos de los funcionarios electos trumpistas, opuestos a esta ayuda. El presidente estadounidense y el Partido Demócrata son partidarios de una ayuda a Ucrania, presentada como una inversión en la seguridad de Estados Unidos frente, según ellos, a los objetivos agresivos de Rusia. Los republicanos son cada vez más reacios y el jefe conservador de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, lleva mucho tiempo bloqueando el texto.
Terminó apoyando la reanudación de la ayuda militar y económica, con esta justificación: «Preferiría enviar municiones a Ucrania que enviar a nuestros muchachos a luchar». Entre las otras partes del gran plan: 13.000 millones de dólares en asistencia militar a Israel, en guerra con Hamás; más de 9 mil millones de dólares para “atender la urgente necesidad de asistencia humanitaria en Gaza y otras poblaciones vulnerables en todo el mundo”; y 8.000 millones de dólares para hacer frente militarmente a China y ayudar a Taiwán.