El ejército ucraniano afirmó haber “atacado con éxito” un sistema de defensa antiaérea ruso en la anexada Crimea durante la noche del domingo al lunes, mientras que Rusia afirmó haber derribado 8 misiles dirigidos a esta península.

«Las Fuerzas Armadas de Ucrania atacaron con éxito un sitio estratégico del sistema de defensa aérea en la costa occidental de Crimea», dijo el centro de comunicaciones estratégicas del ejército en Telegram sin más detalles. Las autoridades rusas no se han pronunciado al respecto, pero el canal de Telegram Rybar, cercano al ejército ruso y seguido por más de 1,2 millones de personas, informó de un «ataque combinado» de Kiev contra esta península ucraniana anexada por Rusia en 2014.

Según este canal, las fuerzas ucranianas lanzaron dos misiles estadounidenses ATACMS (Army Tactical Missile System) contra los alrededores de la aldea de Olenivka, situada en el cabo Tarkhankout (oeste de Crimea). Los intentos rusos de derribar los misiles fracasaron, pero el ataque no causó daños importantes, aseguró Rybar. Poco después, tres drones navales ucranianos fueron detectados frente a las costas de Sebastopol, puerto base de la flota rusa del Mar Negro en Crimea, indicó el mismo canal al tiempo que aseguró que dos de ellos habían sido destruidos.

El Ministerio de Defensa ruso, por otro lado, afirmó haber destruido “ocho misiles de crucero ucranianos Storm Shadow” que apuntaban a la península. Una persona resultó herida por la caída de escombros, dijo el gobernador de Sebastopol, designado por Moscú, Mijaíl Razvojaïev. Ucrania ha intensificado los ataques contra sus territorios ocupados por las tropas de Moscú y contra territorio ruso en el contexto de una lenta contraofensiva iniciada por Kiev a principios de junio. Crimea es un objetivo habitual porque es la base de retaguardia de la Flota rusa del Mar Negro y una ruta de suministro clave para las fuerzas rusas que ocupan el sur y el este de Ucrania.

Ucrania anunció a mediados de octubre que había utilizado con éxito por primera vez misiles ATACMS con un alcance de hasta 165 km, que Estados Unidos le entregó en gran secreto. Kiev llevaba meses exigiendo estas armas para poder destruir las retaguardias y las líneas de suministro rusas desde lejos en el sur y el este de Ucrania y así dar más posibilidades de éxito a la contraofensiva en curso para liberar sus territorios ocupados.