(Puerto Príncipe) El martes se nombró un nuevo gobierno en Haití, con la misión de intentar restaurar la seguridad y la estabilidad en el país devastado por la violencia de las pandillas.

El decreto que enumera los miembros del nuevo gabinete fue publicado en Le Moniteur, el periódico oficial haitiano, dos semanas después de que el consejo de transición presidencial nombrara a un primer ministro interino, Garry Conille.

Este último también ejercerá la función de Ministro del Interior, según el texto.

Dominique Dupuy, representante de Haití ante la UNESCO, está a cargo de Asuntos Exteriores.

Haití, sumido en la agitación desde hace varios años, está ultimando sus autoridades de transición.

El ex primer ministro Ariel Henry, nombrado justo antes del asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, fue muy controvertido.

Aceptó dimitir el 11 de marzo. El mismo día, el principio de crear un consejo presidencial de transición fue señalado durante una reunión entre haitianos y varias organizaciones y países como la Comunidad del Caribe y Estados Unidos.

Este consejo de nueve miembros (siete con derecho a voto y dos observadores) se creó oficialmente en abril. Su mandato debe finalizar a más tardar el 7 de febrero de 2026.

Sus miembros eran responsables de nombrar «rápidamente» un primer ministro, así como de un gobierno «inclusivo».  

Haití ha sufrido una inestabilidad política crónica durante décadas. Pero a finales de febrero, las bandas, cuya violencia ya asolaba zonas enteras del territorio, lanzaron ataques coordinados contra lugares estratégicos, alegando que querían derrocar a Ariel Henry.

Por lo tanto, el Sr. Henry no pudo regresar a su país después de un viaje al extranjero.

Su sucesor, Garry Conille, médico de formación, ya fue primer ministro durante un breve período en 2011-2012. Fue hasta ahora director regional de UNICEF.

Debe abordar una tarea monumental: intentar sacar a Haití de su profunda crisis política, de seguridad y humanitaria para allanar el camino para la organización de elecciones, las primeras desde 2016.

La capital está en un 80% en manos de bandas criminales, acusadas de numerosos abusos, en particular asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros para pedir rescate.

El país aún espera la llegada de un primer contingente de una fuerza multinacional liderada por Kenia.

Esta misión, apoyada por la ONU y en la que Estados Unidos está muy implicado a nivel logístico ––sin aportar hombres–, debe apoyar a la policía haitiana en la lucha contra las bandas que aterrorizan a la población.

El presidente de Kenia, William Ruto, aseguró el domingo que el despliegue de la policía de su país en Haití se produciría «probablemente la próxima semana o la siguiente».