Dos aficionados del Lyon fueron condenados el martes a prisión y a tres años de prohibición de acceso a los estadios por blandir una bandera que recuerda a una división de las SS en las gradas del estadio Olympique de Marsella.

En ausencia de ellos, el tribunal penal de Marsella condenó al primero a seis meses de prisión, que pueden llevar un brazalete electrónico, y al segundo a cuatro meses de prisión, que también puede llevar un brazalete, por “introducción o portación de un objeto en un estadio deportivo que incite al odio o la discriminación por motivos de origen, etnia, nación, raza o religión.

Sin embargo, fueron absueltos del delito de “incitación pública al odio por motivos de origen, etnia, nación, raza o religión”, considerando el tribunal que el delito estaba “insuficientemente caracterizado”.

Según la jurisprudencia de la ley de prensa que castiga estos delitos, la “provocación” debe consistir en alentar el odio racista y no sólo actos que sean en sí mismos racistas.

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En este caso los dos hombres, de 33 y 35 años, fueron procesados ​​por realizar saludos nazis y gritos racistas desde las gradas y por haber blandido una bandera parecida a la de la “división Carlomagno”, una división de las Waffen-SS del Segundo Mundo. Guerra compuesta principalmente por voluntarios franceses.

La bandera en cuestión es la de un grupo de ultra seguidores del Olympique Lyonnais llamado “Mezza Lyon” que ellos cofundaron, grupo no reconocido por OL y vinculado a la extrema derecha, lo que negaron en la audiencia.

Los dos hombres también fueron condenados a pagar 500 euros cada uno en concepto de daños y perjuicios a Licra, SOS Racisme y a la asociación Sportitude, y un euro cada uno al Olympique Lyonnais y al Olympique de Marsella, así como a la Liga de Fútbol Profesional, todos partes civiles.

Uno admitió ante el público un saludo con el brazo extendido y gritos racistas (gritos de mono e insultos), que describió como “un gesto de molestia y provocación vinculado a un contexto de extrema tensión”.

Estos incidentes ocurrieron en el contexto de un partido previo particularmente tenso el 29 de octubre. El autobús del equipo de Lyon resultó especialmente apedreado y su entrenador de entonces, el italiano Fabio Grosso, resultó herido. Finalmente el partido fue pospuesto. Serge Tavitian, abogado de Licra, acogió con satisfacción esta sentencia de “sentencias no triviales”.