El nuevo santuario de Ayodhya, dedicado al dios Ram, será inaugurado oficialmente el próximo mes en el lugar de una antigua mezquita, demolida por fanáticos hindúes hace más de treinta años. Se espera que millones de personas visiten el templo cada año, cuya construcción fue una promesa de larga data del gobernante partido nacionalista hindú de Narendra Modi, el Partido Bharatiya Janata (BJP).

«Si un país quiere alcanzar grandes alturas, debe cuidar su patrimonio», afirmó el sábado ante miles de personas en esta ciudad santa del hinduismo. Una gran multitud asistió a su procesión por la ciudad, con el objetivo de inaugurar oficialmente un nuevo aeropuerto y mejorar las conexiones por carretera y ferrocarril.

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Pero su visita también tuvo un aire de campaña electoral, ya que aspira a la reelección en 2024. La construcción del templo de Ayodhya, con un coste estimado de 240 millones de dólares (217 millones de euros), contribuyó a reforzar su imagen de guardián. de la religión mayoritaria de la India. Narendra Modi, citando el riesgo de una afluencia incontrolable de peregrinos para la inauguración, pidió a los hindúes que no asistieran el próximo mes.

«Hago un llamamiento a todos para que celebren el festival en casa y vengan a Ayodhya más tarde», dijo a la multitud. Ram es uno de los dioses más venerados del panteón hindú, para quien nació en Ayodhya hace unos 7.000 años, en el lugar donde se construyó entonces la mezquita en el siglo XVI. El edificio fue demolido por civiles en 1992, como parte de una campaña respaldada por el partido de Narendra Modi, lo que provocó disturbios en todo el país que dejaron 2.000 personas, en su mayoría musulmanes, muertas.

Su destrucción asestó un duro golpe a los cimientos del orden político secular de la India, allanando el camino para el ascenso del nacionalismo hindú hasta convertirse en la fuerza política dominante en el país. Los residentes musulmanes de Ayodhya, que recuerdan los mortíferos disturbios, desconfían de la atmósfera de fervor religioso que una vez más reina allí. Pero para muchos hindúes, el proyecto es una forma de restaurar la ciudad a la gloria que le otorgan los antiguos textos hindúes.