(Naciones Unidas) Más de uno de cada cuatro niños menores de 5 años en el mundo vive en “pobreza alimentaria severa”, con más de 180 millones de niños en riesgo de sufrir daños graves por falta de una dieta nutritiva y diversa, alerta Unicef.

Un número «escandaloso» de niños «sobreviven con una dieta muy pobre, consumiendo productos de dos o menos grupos de alimentos», afirmó a la AFP Harriet Torlesse, una de las autoras del informe publicado el miércoles por la tarde.

Según las recomendaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los niños pequeños deben consumir cada día alimentos de al menos cinco de ocho grupos (leche materna, cereales, frutas y verduras ricas en vitamina A, carne o pescado, huevos, productos lácteos , legumbres, otras frutas y verduras).

Y de ellos, unos 181 millones (o el 27 por ciento) consumen alimentos de dos grupos en el mejor de los casos.

Estos «niños que consumen sólo dos grupos de alimentos al día, por ejemplo arroz y un poco de leche, tienen un 50% más de probabilidades de sufrir formas graves de desnutrición», advierte en un comunicado la jefa de UNICEF, Catherine Russell.

Formas graves como emaciación, pérdida extrema de peso que puede provocar la muerte.

Y si estos niños sobreviven y crecen, “no prosperarán. Les va peor en la escuela y, cuando son adultos, tienen más dificultades para ganarse la vida, lo que mantiene un ciclo de pobreza de generación en generación”, explica Harriet Torlesse.

“El cerebro, el corazón, el sistema inmunológico, importantes para el desarrollo, para la protección contra las enfermedades, dependen de vitaminas, minerales y proteínas”, insiste este experto en nutrición.

Esta grave pobreza alimentaria se concentra en 20 países, con situaciones especialmente preocupantes en Somalia (63% de los niños menores de 5 años afectados), Guinea (54%), Guinea-Bissau (53%) o Afganistán (49%).

Y si no existen datos para los países ricos, los niños de hogares pobres ciertamente tampoco se libran de estas deficiencias nutricionales.

El informe pone especial énfasis en la situación en Gaza, donde la ofensiva israelí provocada por el ataque sin precedentes de Hamas el 7 de octubre ha llevado “al colapso de los sistemas alimentarios y sanitarios”.

A partir de cinco series de recogida de datos realizadas mediante mensajes de texto entre diciembre y abril con familias beneficiarias de un programa de ayuda financiera en la Franja de Gaza, UNICEF estima que 9 de cada 10 niños viven allí en una pobreza alimentaria grave. Datos no necesariamente representativos que, sin embargo, ilustran el catastrófico deterioro de la situación desde 2020, cuando sólo el 13% de los niños vivían en esta situación, según la agencia de la ONU.

A nivel mundial, tras señalar sólo “lentos avances” en los últimos diez años en la lucha contra la pobreza alimentaria, el informe pide el establecimiento de mecanismos de protección social y ayuda humanitaria para los más vulnerables.

Pide también una transformación del sistema agroalimentario, cuestionando las bebidas muy azucaradas y las comidas industriales ultraprocesadas, «comercializadas agresivamente entre las familias y que se están convirtiendo en la norma para la alimentación de los niños».

Estos productos suelen ser “baratos, pero también muy ricos en calorías, muy salados y grasos. Suprimen el hambre, pero no aportan las vitaminas y minerales que necesitan los niños”, subraya Harriet Torlesse.

Y los niños adquieren el gusto por él muy temprano, potencialmente durante toda su vida, lo que promueve la obesidad.