Emmanuel Macron está lejos de reconciliarse con su izquierda. En una entrevista con el diario Le Monde publicada este miércoles, François Hollande no contiene sus ataques contra la ley de inmigración. Rechazado primero por la Asamblea Nacional y luego renegociado con los republicanos, el texto derechista fue adoptado definitivamente por el Parlamento el martes por la noche.
Al unísono con las críticas de la izquierda desde hace varios días, François Hollande califica este episodio de “derrota de la República” y cree que se trata de una “humillación” para Emmanuel Macron. El ex Presidente de la República acusa a su sucesor de haber “tomado las ideas” de la Agrupación Nacional (RN) y de no haber “tomado sus votos” durante la votación en el hemiciclo.
«Con esta ley entramos insidiosamente en la preferencia nacional», defiende François Hollande, yendo en contra de la defensa del Gobierno. “Los subsidios familiares o APL son derechos que se deben, vinculados a una emergencia social, y no a una nacionalidad”, añade, marcando la diferencia con el RSA o el bono de actividad, condicionado desde antes de que el texto de Gérald Darmanin tuviera presencia para varios años en el territorio nacional.
Al alinearse convenientemente con el argumento del RN, que reivindica una “victoria ideológica”, François Hollande cree que “este giro político, jurídico y moral no hace más que reforzar las pretensiones de Marine Le Pen de suceder a Emmanuel Macron”.
Si bien reconoce que «es peligroso ignorar los sentimientos que atenazan a la opinión pública» -una manera de elogiar implícitamente la intención inicial de proponer un texto sobre la inmigración-, el socialista juzga que estos sentimientos «no deben transformarse en resentimiento y exclusión». “Este texto conmocionó, dolió”, vuelve a subrayar.
La izquierda no está exenta de reproches a ojos del ex presidente socialista. Ella «no cumplió su papel al pensar que el rechazo la eximía de un proyecto», aborda, antes de formular el deseo «de una izquierda responsable y audaz», esperando que «se convierta en una nueva fuerza atractiva y creíble».