Le Figaro Burdeos

Después de la tarjeta Vitale, que permite el reembolso de los gastos sanitarios, ¿podría ver la luz el mismo sistema para garantizar a los franceses más precarios un acceso mínimo a una alimentación local y de calidad? Este martes, en Burdeos, el presidente socialista del departamento de Gironda, Jean-Luc Gleyze, y el alcalde ecologista de Burdeos, Pierre Hurmic, anunciaron el lanzamiento de una experiencia en este sentido con 400 girondinos.

A partir de abril, estas 400 personas, pertenecientes a 193 hogares repartidos en dos zonas urbanas (Bègles y Burdeos norte), así como dos zonas rurales (Pays Foyen y Gironda Sur), recibirán cada mes una asignación mensual de 150 monedas alimentarias (MonA). , equivalente a 150 euros, que podrán gastar en los distintos lugares habilitados del departamento para sus compras de alimentos.

Estos beneficiarios fueron elegidos entre 800 candidatos, para ser representativos de la población de Gironda, pero con una sobrerrepresentación del 30% de las personas con ingresos más bajos, las que tienen más dificultades para acceder a alimentos locales y saludables sin sobrecargar sus finanzas. Este sistema de seguridad social alimentaria (SSA) implica también la creación de cuatro “fondos alimentarios locales” en los territorios afectados, en los que los participantes se reunirán cada mes para tomar decisiones relativas al funcionamiento del fondo y a la concertación de nuevos puntos de venta.

Para ser aprobados, los lugares de venta deben cumplir con diferentes criterios definidos por los miembros del consejo ciudadano que trabajaron en la implementación de este mecanismo: “Accesibilidad e inclusividad, bienestar en el trabajo, transparencia y remuneración justa de los productores, la localidad de productos y la sostenibilidad de las prácticas agrícolas. Por el momento, se han autorizado una decena de tiendas de alimentación y puntos de venta y varios productores deberían incorporarse al sistema.

“Hay que atreverse a cometer errores pero, sobre todo, atreverse a triunfar”, explica Jean-Luc Gleyze. Para el presidente del departamento, esta iniciativa “podrá difundirse”, porque se suma a otras experiencias en estudio o en curso, como la llevada a cabo en los campus de Burdeos desde el inicio del curso escolar con la Gemme, la institución local. Moneda de Gironda. El elegido espera que, al igual que los fondos de seguridad social que existían antes de la creación de un sistema extendido a todos los trabajadores en 1946, la seguridad social alimentaria experimentada en Gironda conduzca a «una generalización del sistema existente».

Para recibir este subsidio, los 400 beneficiarios de Gironda pagan una cotización mensual de un importe mínimo de 10 euros por persona y 5 euros por persona adicional en el hogar. A cambio, reciben 150 euros al mes y 75 euros por cada miembro adicional del hogar. Este dinero se paga en MonA, que se “reciben en una cuenta digital”. El saldo se puede gastar “mediante un código de cuatro dígitos” en lugares autorizados, “como un terminal de tarjetas de crédito”, con la diferencia de que la manipulación se realiza en la pantalla de un teléfono, computadora o tableta.

Al igual que la Seguridad Social, los participantes “contribuyen según sus posibilidades” y luego “distribuyen una asignación financiera equitativamente”. El importe total de las aportaciones abonadas por los partícipes durante este primer año se estima en 214.000 euros, o aproximadamente 45 euros mensuales pagados por cada beneficiario. La Gironda y la ciudad de Burdeos aportan 150.000 y 60.000 euros respectivamente. La metrópoli y la región también brindaron apoyo financiero. En total, 534.000 euros constituyen los fondos de este fondo, de abril de 2024 a abril de 2025. “La experimentación no es un coste, es un salto hacia el futuro”, estima Jean-Luc Gleyze, para quien no es una cuestión de “costos sociales sino de inversiones sociales”.

Esta iniciativa sería una manera de «recuperar el «poder» sobre una dieta elegida y crear «una salida al mercado» a favor de los agricultores», considera el departamento. En Gironda, el 12% de la población (unas 200.000 personas) se encuentra en situación de inseguridad alimentaria y la renta media de los agricultores girondinos es de 600 euros. Para Pierre Hurmic, alcalde de Burdeos, este SSA se inscribe en «una voluntad declarada de dar a los ciudadanos los medios para recuperar su autonomía sobre sus decisiones alimentarias» y contribuye a acelerar la salida del «sistema agroalimentario industrializado», al permitir los agricultores que se dedican a la agricultura sostenible puedan vivir con dignidad y alimentar a sus conciudadanos.