Los municipios afectados por las inundaciones en el este el sábado volvieron progresivamente a la normalidad el domingo, según varios cargos electos entrevistados por la AFP, a pesar del mantenimiento de la vigilancia naranja por parte de Météo-France en Mosela y Bajo Rin.
“La recesión está muy avanzada, estamos retirando todos los equipos de protección”, se alegra Bruno Minutiello, presidente de la comunidad de municipios del territorio de Lunéville en Baccarat (Meurthe-et-Moselle), sin mencionar ningún incidente significativo. .
Este territorio había sido puesto en alerta roja el sábado por una crecida del Vezouze, que se había elevado de su cauce y alcanzó los 2,90 metros, mientras que el jueves todavía estaba en 0,60 metros. Pero no alcanzó el nivel registrado durante las inundaciones de 2006, como se temía. El río ha vuelto a alerta amarilla.
«La noche fue tranquila, ninguna casa se inundó», confirma la alcaldesa de Lunéville, Catherine Paillard.
Leer tambiénInundaciones: Meurthe-et-Moselle y Moselle degradados a vigilancia naranja
En Mosela, la hora también se aleja para el Nied, en alerta roja el sábado pero rebajada a naranja el domingo.
«La calle principal está libre, el agua ha bajado, todas las casas son accesibles, mientras que ayer la gente tenía 1,50 metros de agua en sus casas», explica René Kupperschmit, alcalde de Filstroff (Mosela), refiriéndose al suministro de alimentos a algunas personas. familias por el club de kayak local.
“El declive se produjo a una velocidad increíble. Hoy la gente está limpiando, creo que el prefecto emitirá una orden de desastre natural para todo el sector”, agregó.
Pero más arriba, en Ancerville (Mosela), aún no se ha observado el descenso: el Nied alcanzó los 2,64 metros el domingo por la mañana, frente a los 0,65 metros del jueves.
“El agua aún cubre las dos vías departamentales a unos treinta centímetros de altura, el paso es muy difícil. Pero las casas no se inundan, esto afecta principalmente a los viajes”, señala el alcalde Patrick Angelaud.
En el Bajo Rin, «en general, la disminución está comenzando en la mayoría de los cursos de agua, aunque algunos sectores siguen bajo vigilancia», indica la prefectura en un comunicado de prensa. Una veintena de carreteras departamentales siguen inaccesibles, pero “la situación está volviendo poco a poco a la normalidad”.
La prefecta anunció que apoyaría las solicitudes de reconocimiento del estado de “desastre natural” por parte de los municipios afectados.
Sin embargo, una alerta amarilla por tormentas afecta a 76 departamentos el domingo, incluidos los de la región del Gran Este, y hace temer más precipitaciones.