La inversión extranjera directa (IED) cayó un 2% en 2023 por segundo año consecutivo bajo el triple efecto de una desaceleración económica junto con crecientes tensiones comerciales y geopolíticas, reveló el jueves la ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Esta ligera caída de la IED, que alcanzará los 1.300 millones de dólares en todo el mundo, esconde en realidad una caída más marcada, del 10%, si excluimos algunas situaciones excepcionales en los países europeos, subraya el informe anual de la agencia de la ONU.

Los expertos de la UNCTAD citan la flexibilización de las condiciones financieras y los esfuerzos concertados para facilitar la inversión como “una característica importante de las políticas nacionales y los acuerdos internacionales”.

Los flujos de IED hacia los países en desarrollo cayeron un 7% a 867.000 millones de dólares el año pasado.

Los países en desarrollo de Asia experimentaron una disminución del 8%, pero esto oculta un gran aumento (44% en valor) en nuevos proyectos.  

La IED cayó un 3% en África a 53.000 millones de dólares, impulsada por Egipto y Sudáfrica. La UNCTAD señala que “el continente ha atraído una proporción cada vez mayor de megaproyectos globales totalmente nuevos, seis de ellos valorados en más de 5 mil millones de dólares”.

Encabezando la lista se encuentra un proyecto de hidrógeno verde en Mauritania, un país menos desarrollado en el noroeste de África. “Se espera que este proyecto genere 34 mil millones de dólares en inversiones, una cantidad varias veces superior al PIB del país”, señala el informe.

En América Latina y el Caribe, la IED cayó un 1%.

Para los países desarrollados, Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas señala el impacto de la implementación de una tasa impositiva global sobre las ganancias de las empresas multinacionales.  

«Los flujos hacia los países desarrollados se han visto fuertemente afectados por las transacciones financieras de las empresas multinacionales, motivadas en parte» por la implementación de este impuesto.

Los flujos hacia la mayor parte de Europa y América del Norte disminuyeron un 14% y un 5%, respectivamente.