El tribunal militar estadounidense de Guantánamo decidió el jueves 21 de septiembre que uno de los acusados ​​de planificar los atentados del 11 de septiembre no podía ser juzgado debido a las secuelas psicológicas relacionadas con las torturas que sufrió durante su detención, según el New York Times.

El yemení Ramzi bin al-Chaïba, de 51 años, debía comparecer junto a otros cuatro acusados ​​en un juicio en el que se enfrentan a la pena de muerte. Sin embargo, el coronel Matthew McCall, juez militar, dictaminó que sus secuelas psicológicas le impedían defenderse. Los médicos de la base estadounidense de Guantánamo, ubicada en la isla de Cuba, diagnosticaron a Ramzi bin al-Shaiba con trastorno de estrés postraumático y rasgos psicóticos, así como trastorno delirante.

Los psiquiatras militares dijeron que su condición le hacía “incapaz de comprender la naturaleza del proceso contra él o de cooperar inteligentemente” con su equipo de defensa legal, escribe el New York Times. Ramzin ben al-Chaïba se queja desde hace años de estar «atormentado por fuerzas invisibles que hacen vibrar su cama y su celda y le pinchan los genitales, privándole del sueño», añade el periódico.

Su abogado afirmó que su cliente fue torturado por la CIA y enloquecido como resultado de lo que la agencia llamó «técnicas de interrogatorio mejoradas», que incluyen privación de sueño, ahogamiento simulado (submarino) y palizas.

El viernes tenía previsto participar en un procedimiento preliminar con Khaled Sheikh Mohammed, considerado el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre. Los otros tres acusados, todos detenidos desde hace más de quince años en Guantánamo, aún no han sido juzgados por el tribunal militar encargado de hacerlo. Sin embargo, la audiencia preliminar del viernes se mantuvo, según el diario estadounidense.