El líder norcoreano, Kim Jong Un, llegó el sábado a Vladivostok, en el Lejano Oriente de Rusia, donde fue recibido por el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo la agencia estatal de noticias Tass. Kim Jong Un, que realiza su primer viaje al extranjero a Rusia desde el inicio de la pandemia de Covid-19, llegó al aeropuerto de Knevichi en Vladivostok procedente de Komsomolsk-on-Amur, donde visitó fábricas de aviones el viernes, dijo Tass.
El miércoles, el presidente ruso Vladimir Putin anunció que Kim Jong Un asistiría a una “demostración” de la Flota Rusa del Pacífico en Vladivostok. En esta gran ciudad fronteriza con Rusia, situada cerca de las fronteras con China y Corea del Norte, Kim Jong Un también debe “visitar la Universidad Federal del Lejano Oriente y ciertas instalaciones de la Academia Rusa de Ciencias, incluidos los laboratorios que trabajan en biología marina”. Vladimir Putin lo detalló en la televisión rusa.
El presidente ruso y el líder norcoreano se reunieron el miércoles en el cosmódromo de Vostochny, a casi 8.000 kilómetros al este de Moscú. Al llegar a Rusia el martes, Kim Jong Un invitó a Vladimir Putin a visitar pronto Corea del Norte, pero no se ha firmado ningún acuerdo entre los dos países, según el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov. Los occidentales sospechan que Moscú quiere comprar armas a Pyongyang para el conflicto en Ucrania. Por su parte, se sospecha que Corea del Norte quiere adquirir tecnologías para sus programas nucleares y de misiles.
Durante su reunión, los dos líderes se ofrecieron mutuamente un rifle, regalos considerados simbólicos dados los temores occidentales. Los dos hombres demostraron su cercanía: Kim Jong Un aseguró que el acercamiento con Moscú era una “prioridad absoluta” de la política exterior, mientras que Putin elogió el “fortalecimiento” de su cooperación.
El Jefe de Estado ruso mencionó en particular las “perspectivas” de cooperación militar a pesar de las sanciones internacionales contra Pyongyang debido a sus programas de desarrollo nuclear y de misiles. Washington había expresado su «preocupación» por la posible compra de municiones norcoreanas y Seúl había «advertido enérgicamente» contra cualquier transacción de este tipo.
Después de recurrir a Irán para entregar cientos de drones explosivos, Rusia podría encontrar recursos útiles en Pyongyang, que tiene grandes reservas de equipo soviético y produce en masa armas convencionales. Los cohetes de calibre 122 mm destinados a los cohetes de lanzamiento múltiple (MLRS) BM-21 “Grad” de la era de la URSS, que equipan a las fuerzas rusas en Ucrania y están en el arsenal de Corea del Norte, son particularmente susceptibles de interesar a Rusia.
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A cambio, Pyongyang podría recibir petróleo y alimentos rusos, e incluso acceso a tecnologías espaciales. Moscú ha planteado una posible ayuda para la fabricación de satélites, tras el fracaso de dos recientes intentos de Corea del Norte de poner en órbita un satélite espía militar, pero también ha propuesto enviar un cosmonauta norcoreano al espacio, escribieron las agencias de noticias rusas, lo que sería una novedad en este país.