En el recinto cubierto de hierba de un zoológico de Washington (Estados Unidos), la hembra panda Mei Xiang mastica tranquilamente un pastel de frutas. Probablemente no sea consciente de que ella, junto con sus compañeros, está en el centro de una feroz campaña de desinformación que está alimentando el sentimiento antiestadounidense en China.

Una avalancha de afirmaciones infundadas sobre el maltrato a los pandas en los zoológicos estadounidenses ha inundado las redes sociales chinas en los últimos meses, en un contexto de tensas relaciones entre Pekín y Washington. Estas noticias falsas, que según los especialistas son amplificadas por influencers, han socavado la “diplomacia panda” de Beijing, que consiste en ofrecer o prestar estos animales a otros países como señal de amistad.

Un vídeo viral que circula en varias plataformas chinas como Weibo y Douyin transmitió la tesis de que Mei Xiang fue maltratada por el Zoológico Smithsonian de Washington y sometida a decenas de dolorosas inseminaciones artificiales. Siguió una apasionada campaña para que ella fuera «rescatada» y devuelta a China.

El zoológico no quiso comentar sobre esta campaña. Pero, según los periodistas de verificación de datos de la AFP, el vídeo muestra en realidad a un panda macho sometido a un control médico y a una recogida de esperma en 2015 en Singapur.

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En otras publicaciones en las mismas plataformas, una imagen pretende mostrar a la pareja de Mei Xiang, Tian Tian, ​​sedado e inmovilizado durante un examen. Pero la foto en realidad muestra un panda de la provincia china de Fujian durante un examen en 2005, según el Laboratorio de Investigación Digital (DFRLab) del Atlantic Council.

“El deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China se refleja ahora en el discurso chino”, señala este laboratorio en un informe. La información falsa sobre los pandas tiene su origen profundo “en el nacionalismo chino y la desconfianza hacia Occidente”, explica el DFRLab.

A finales de septiembre, periodistas de la AFP en Washington vieron a Mei Xiang y Tian Tian devorando pacíficamente golosinas en su recinto. A continuación, el zoológico organizó una gran fiesta, el “Panda Palooza”, para despedir a los dos mamíferos y a su pequeño, Xiao Qi Ji, que regresará a China en diciembre al finalizar el contrato de préstamo con Pekín.

Otro panda, Ya Ya, fue devuelto a China desde el Zoológico de Memphis en abril. Este animal también había estado en el centro de una furiosa campaña de desinformación en China. El zoológico fue acusado así, sin pruebas, de haber provocado la muerte de Le Le, el compañero de Ya Ya. Los internautas afirmaron que los cuidadores del zoológico apuñalaron al panda y vendieron sus ojos.

El zoológico ha negado enérgicamente esta campaña de “desinformación”. E incluso la Asociación China de Jardines Zoológicos dio un paso al frente y aseguró que los pandas de Memphis fueron “tratados de manera excelente”.

El diario estatal chino Global Times vinculó la controversia de Ya Ya con las malas relaciones entre China y Estados Unidos. «Si esto no hubiera ocurrido en un momento en que Washington está intensificando su política de contención y sus medidas hostiles contra China, este asunto no habría causado tanto revuelo», señaló en un editorial de marzo. En Estados Unidos, los observadores creen que Beijing tolera, e incluso alienta, el sentimiento antiestadounidense.

«La desinformación sobre el trato dado a los pandas es una manera conveniente de avivar estas llamas», dijo a la AFP Isaac Stone Fish, director general de Strategy Risks, una empresa de análisis de datos especializada en China. Ha provocado llamados para suspender el comercio de pandas con Estados Unidos, una de las pocas áreas restantes de cooperación entre los dos países.

Los zoológicos de San Diego y Atlanta ya han devuelto a sus pandas o deben devolverlos a China antes de 2024. Sin una prórroga o un nuevo préstamo, los zoológicos estadounidenses corren el riesgo de no tener un solo ejemplar por primera vez en 50 años.

«Esta campaña es particularmente triste dado el papel crucial de la «diplomacia panda» en la promoción de relaciones positivas entre China y Occidente», lamenta a la AFP Darren Linvill, profesor de la Universidad de Clemson. Para el experto, se trata de “un síntoma desafortunado del estado actual de las relaciones entre las dos potencias”.