Le Fígaro Lyon
La evacuación de las furgonetas comenzó con el calor de la tarde. Una veintena de policías vinieron a advertir a las prostitutas de Lyon de su obligación de abandonar el barrio de Gerland y, en particular, la rue Jean Bouin, donde unas cien de ellas viven desde hace varios meses. Su presencia en las inmediaciones de los campos deportivos donde se despiden a muchos niños había llevado a la prefecto del Ródano, Fabienne Buccio, a emitir el miércoles un decreto contra el estacionamiento.
La evacuación se desarrolla con calma mientras la policía verbaliza a las personas que no respetan las instrucciones de abandonar el recinto. Un camión de libra está presente. “Se retiraron tres furgonetas, vacías en el momento de la operación”, especifica la prefectura del Ródano. Algunos camiones viejos tienen problemas para volver a arrancar. Las prostitutas regresan acompañadas de parientes con tenazas para que las arranquen. “Muchas se fueron individualmente por miedo, precisa Lola Lévy, referente de la asociación Cabiria, que ayuda a las trabajadoras sexuales. Las mujeres no entienden, porque estábamos seguras de que podíamos negociar con la prefectura. Están decepcionados y sorprendidos porque queríamos hablar sobre el retraso.
Hasta allí acudió la asociación Cabiria, desplegando una pancarta y cantando “vergüenza” en dirección a la policía. “Nosotras también somos trabajadoras”, dice una prostituta con acento sudamericano. Trabajamos para pagar la universidad de nuestros hijos”. “Mañana, aparte de contar el dinero que no tienen para sus hijos, no sé qué van a hacer”, prosigue Lola Lévy. No hay indicios de un nuevo lugar para ellos”.