La OTAN organiza esta semana entrenamientos para soldados en Uzbekistán, anunciaron este miércoles las autoridades de este país de Asia Central, fronterizo con Afganistán y en diálogo con los talibanes. «Los cadetes recibieron información sobre la cooperación militar con la OTAN», dijo el Ministerio de Defensa de Uzbekistán en un comunicado publicado en su página de Facebook. Según la misma fuente, durante esta sesión, que continuará hasta el 20 de abril en la capital Taskent, «se organizó un entrenamiento para la preparación y cualificación del personal (uzbeko) en los Estados miembros de la OTAN».
Estas actividades de formación llevadas a cabo por la OTAN existen en otros países no miembros de la Alianza, incluidos los aliados de Rusia, como Uzbekistán. El país, en proceso de apertura tras largos años de aislamiento, es cada vez más cortejado por Occidente, China o Turquía, mientras que Rusia, monopolizada por su invasión de Ucrania, ve cuestionada su influencia en lo que considera su tradicional patio trasero.
Porque este país de 35 millones de habitantes, rico en recursos naturales, ocupa un lugar estratégico en Asia Central, limitando con las otras cuatro ex repúblicas soviéticas de la región y compartiendo 143 kilómetros de frontera con Afganistán. Además, el Uzbekistán del líder Chavkat Mirzioyev, en el poder desde 2016, mantiene un diálogo constante con los talibanes, invitados regularmente a Taskent desde su regreso al poder en el verano de 2021.
En septiembre de 2023, el jefe del comando militar estadounidense en Oriente Medio, Asia Central y del Sur (Centcom) visitó Tashkent para “reforzar los lazos” entre los dos países. Una visita inmediatamente criticada por Moscú, que había condenado cualquier “regreso” de occidentales a Afganistán o a los países de Asia Central. Rusia se refería en particular al apoyo logístico proporcionado por varias ex repúblicas soviéticas en Asia Central en los años 2000-2010, durante la intervención occidental en Afganistán liderada por Estados Unidos.