La población de China cayó en 2023 por segundo año consecutivo, según datos oficiales publicados el miércoles (17 de enero), y la tasa de natalidad se desaceleró ante las crecientes presiones económicas y un cambio en el comportamiento social. La Oficina Nacional de Estadísticas de Beijing informó de una población de 1.409 millones de personas a finales de 2023, lo que representa una disminución de unos dos millones de individuos respecto a finales de 2022.

China, que durante mucho tiempo fue el país más poblado del mundo, perdió su título ante la India el año pasado, según la ONU. Se espera que esta tendencia a la baja continúe durante las próximas décadas.

Ante la crisis demográfica prevista, el gobierno está realizando numerosas comunicaciones a favor de la natalidad y las autoridades locales pagan ahora más subsidios familiares, que siguen siendo modestos. Sin mucho efecto por el momento.

Leer tambiénEn China, el motor exportador parado

La caída del año pasado fue más del doble que la de 2022, cuando el país perdió 850.000 personas y su población se redujo por primera vez desde la década de 1960.

La cifra sólo incluye a personas de nacionalidad china que residen en China continental. No incluye a extranjeros ni residentes de los territorios semiautónomos de Hong Kong y Macao.

“En 2023, el número de nacimientos fue de 9,02 millones”, anunció también el miércoles el BNS, una cifra inferior a los 9,56 millones de 2022.

El número medio de hijos por mujer en China alcanzó un máximo de más de 7 en los años 60, pero ha descendido a una cifra muy preocupante de 1,05 en 2022, explica a la AFP el demógrafo independiente He Yafu, basándose en cifras oficiales. «La tendencia de disminución de la población china es básicamente imposible de revertir», porque las generaciones más jóvenes «en general ya no están dispuestas a tener muchos hijos», dijo He Yafu a la AFP.

Los problemas provocados por esta crisis demográfica y el envejecimiento de la población que se está produciendo actualmente son múltiples. Particularmente en el nivel económico: China ha dependido durante mucho tiempo de su vasta fuerza laboral para estimular su crecimiento. Se espera que la disminución del número de personas en edad de trabajar tenga repercusiones.

Otro problema es social. La tradición exige en China cuidar de los padres ancianos, en un grado incluso mayor que en las sociedades occidentales.

Pero como hoy en día la mayoría de las parejas en China están formadas por dos adultos que son hijos únicos, tienen mucho que hacer al tener que cuidar de sus cuatro padres ancianos. Una carga que se vuelve muy importante.

Para intentar compensar este fenómeno, China presentó esta semana un importante plan senior, que podría ascender a miles de millones de euros, para hacer frente a la creciente necesidad de servicios en el sector (residencias de ancianos, entretenimiento, cuidados a domicilio o incluso entrega de comidas). ).

¿Qué pasa, además, con el uso de la inmigración como solución al declive demográfico? «Esto no es viable» porque «en las próximas décadas, la población de China disminuirá en varios cientos de millones de personas», estima He Yafu. Cela veut dire qu’il faudrait faire venir «des centaines de millions de personnes», or «la grande majorité des Chinois s’opposent aujourd’hui à l’immigration et les autorités sont très restrictives en la matière», souligne-t- Él.