Le Figaro Lyon

Este martes, dos jóvenes activistas de Riposte Alimentaire fueron juzgados en Lyon por haber rociado con sopa, el 10 de febrero, el cuadro Primavera de Claude Monet en el Museo de Bellas Artes de Lyon. Después de haber permanecido en silencio durante sus dos detenciones policiales, las jóvenes de 20 y 23 años, una estudiante de Coordinación Internacional y Social y la otra de Bellas Artes, explicaron su gesto por el deseo de «alertar sobre la crisis climática». “Las manifestaciones, las peticiones, no funcionan. Nada se mueve. Por eso me uní a la resistencia civil. Tener acciones con impacto, que los medios transmitan”, explicó Ilona, ​​de 23 años, al frente. “Pero este pobre cuadro no había pedido nada a nadie”, bromeó el juez, insistiendo a los dos acusados ​​en el motivo de su actuación.

Y para preguntar:

– “¿Por qué decidiste hablar hoy y no durante tu custodia policial?”

-“Hicimos esta acción para expresar nuestra lucha y no podemos hacerlo en el fondo de una celda de custodia policial”, respondieron los activistas.

-“El tribunal no es un foro sino un lugar donde te juzgan. ¿No entiendo por qué no explicó antes su planteamiento?”, añadió el magistrado.

-“Porque sabíamos que el juicio iba a traer medios que hablarían de nuestra lucha”.

Los dos activistas aseguraron que habían atacado deliberadamente esta pintura, ya que, a diferencia de otras, estaba protegida por un cristal. “Apuntaron a esta pintura para decir: ‘Esta será nuestra última primavera si no actuamos’. Si no actuamos, los pintores no tendrán nada que pintar”, alegó uno de sus dos abogados, el señor Griottier, pidiendo su liberación.

El fiscal solicitó una pena suspendida de dos meses, cuando la pena máxima por este tipo de delitos podría aumentarse a 10 años de prisión, señalando “el egoísmo de una causa y su expresión que omite otros intereses como el acceso a la cultura para todo. Luego denunciar una acción “ciega, inmadura y desconsiderada” en una “democracia donde existen muchos otros medios de expresión para hacerse oír”. «Es por comportamientos como este que ciertas obras están ahora en jaulas que alejan al público del arte», dijo, refiriéndose a la Mona Lisa en París.

La ciudad de Lyon, que no estuvo representada en la audiencia, pidió a las dos jóvenes un euro simbólico, mientras que las reparaciones del bastidor, único elemento dañado por este chorro de sopa, se estimaron en 2.200 euros. El municipio, sin embargo, envió una carta explicando que no «entendía este gesto», ya que estas obras forman parte «del patrimonio común de todos» y asegurando que habían sido objeto de una avalancha mediática y de críticas tras esta acción. La decisión fue puesta en discusión hasta el 18 de junio.