Está claro que los rebeldes no son bienvenidos. Varias familias de víctimas francesas de los atentados de Hamás del 7 de octubre en Israel pidieron el martes, en una carta dirigida a Emmanuel Macron, que se «prohíba» la presencia del movimiento mélenconista en el homenaje que se rendirá el 7 de febrero en París al Víctimas del movimiento islamista.

La semana pasada, la jefa de los diputados del LFI, Mathilde Panot, anunció que asistiría a este homenaje que se celebrará en el monumento a las víctimas del terrorismo, en la Explanada de los Inválidos. «Estaré presente (…) y pedí que se rinda homenaje a todas las víctimas francesas de esta guerra en Oriente Medio», incluidos los franco-palestinos asesinados en Gaza por el ejército israelí, anunció el diputado rebelde.

«Nosotros, las familias de las víctimas de los terroristas de Hamás, pedimos solemnemente que se prohíba cualquier presencia de la Francia Insumisa en el homenaje nacional que se rendirá a las 42 víctimas franco-israelíes del 10-S», escriben los representantes de cinco familias. de las víctimas en una carta. «Esta carta fue entregada hoy (martes, nota del editor) en el Elíseo para que el presidente conozca bien las expectativas de las familias», dijo a la AFP Mélanie Pauli-Geysse, presidenta del colectivo No Silence.

Este colectivo, que se presenta como “feminista”, “humanista” y “universalista”, pretende “denunciar los crímenes sexuales cometidos por Hamás”. “Entre la indecencia, la falta de respeto, el relativismo y el negacionismo, Francia Insumisa y sus partidarios han expresado sus palabras «Se ha distinguido por comentarios extremadamente graves desde el pogromo del 7 de octubre», acusan en la carta las familias de las víctimas. «Les agradecemos mucho que hayan querido honrar la memoria de las víctimas y esperamos que este homenaje se realice con el mayor respeto y con verdadera solemnidad», escriben de nuevo, acusando a LFI en particular de «asumir una responsabilidad muy pesada en el Explosión de judeofobia en nuestro país.

Contactado, el coordinador del movimiento, Manuel Bompard, no quiso reaccionar a esta carta. Desde el estallido del conflicto, el movimiento ha seguido sumido en una serie de controversias, en particular la negativa a calificar a Hamás de grupo “terrorista”. El movimiento, que no asistió a la gran marcha contra el antisemitismo, prefirió evocar “crímenes de guerra”.