“Gran revés”: la consternación domina el jueves 1 de febrero entre las ONG ecologistas tras el anuncio por parte del gobierno de una “pausa” del plan de reducción del uso de pesticidas, exigido por una parte del enojado mundo agrícola. Si el Gobierno ha satisfecho a la mayoría de los sindicatos agrícolas, ahora tendrá que hacer frente a la revuelta de las asociaciones, partes obligadas en las consultas para establecer la estrategia francesa.

La cuarta versión del plan, denominada “Ecophyto 2030”, quedó al final de consulta. Se trataba de trazar el camino hacia una reducción a la mitad del uso de pesticidas de aquí a 2030 (en comparación con el período 2015-2017) y acelerar la búsqueda de alternativas, urgente ante los impactos observados en la salud de los agricultores, la mortalidad de las abejas, el agua contaminación, etcétera.

Pero el primer ministro Gabriel Attal anunció la «pausa» de Ecophyto «el momento de poner en marcha un nuevo indicador» que sustituya al actual, el «Nodu», que mide el uso de moléculas por parte de los operadores y que cuestionan las organizaciones agrícolas. “Rechazaremos cualquier participación en una nueva dinámica de Ecophyto cuyo indicador estaría sesgado”, respondió inmediatamente Générations Futures.

«El Nodu nos ha permitido comprobar que Francia no cumple sus objetivos desde hace casi 15 años: 15 años sin pausa, lo que plantea interrogantes», se sorprende también a la AFP Thomas Uthayakumar, de la Fundación para la Naturaleza y el Hombre. “Lo que Gabriel Attal nos propone hoy contradice completamente las estrategias nacionales” de descarbonización (SNBC), alimentaria (SNANC) o planificación agrícola (PLOA), lamenta.

Este responsable, sin embargo, saluda la determinación del gobierno de oponerse al acuerdo de libre comercio UE-Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay), de obtener la reciprocidad de las normas y de aplicar la ley Egalim, para proteger la remuneración de los agricultores.

«Hoy ha ganado el FNSEA, pero no aportará nada a la renta agrícola, ni un céntimo» y «nos permitirá continuar con la agricultura del siglo pasado manteniendo en el mercado productos cada vez más peligrosos y retrasando su retirada de forma cínica». manera”, añadió a la AFP el portavoz de Générations Futures, François Veillerette. «Se trata de un gran error político porque si la cuestión de los ingresos agrícolas es una cuestión real para un cierto número de agricultores, no es sacrificando el medio ambiente y los recursos naturales como resolveremos este problema, sino todo lo contrario», prosiguió.

«La consulta y la pausa consisten simplemente en tomarse el tiempo para trabajar (…) en cuestiones de indicadores, en cuestiones de zonificación, para que podamos avanzar realmente en un plan más conforme y más equilibrado», afirma el perspectiva la oficina del Ministro de Agricultura.

Esta “pausa” se anuncia mientras el Estado tiene hasta el 30 de junio de 2024 para respetar mejor sus trayectorias de reducción del uso de pesticidas y protección de las aguas, por orden de justicia administrativa. «Este anuncio es, por tanto, también una negativa a acatar una decisión judicial», criticó a la AFP la ONG Pollinis, una de las cinco asociaciones detrás de este procedimiento judicial, «Justicia para los vivos».

En los últimos 30 años, las poblaciones de aves silvestres han disminuido en Francia un 30%, según estudios que indican que la intensificación de la agricultura es la principal causa de esta disminución. Esta pausa «es una decisión puramente política» «contra la ciencia y el derecho y que no solucionará los problemas de los agricultores», estimó Pollinis.

También para el WWF esta pausa es “una señal desastrosa”. «La contaminación química es uno de los principales factores responsables de la disminución de la biodiversidad animal y vegetal, al mismo nivel que el cambio climático», añade Jean Burkard, de WWF Francia. “Al favorecer a los defensores de la agricultura intensiva y agroindustrial más que al mundo agrícola en su diversidad, el gobierno anuncia hoy un nuevo fracaso político, sanitario y medioambiental”, critica.

«Sin duda, es mejor suspender que tener una estrategia barata», señala Sandrine Bélier, directora de la ONG Humanidad y Biodiversidad, contactada por la AFP. “Pero Ecophyto es el principal plan que apoya a los agricultores en su transición económica”, a través de los 41 millones de euros distribuidos por la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB) para investigación, experimentación, etc. “Desafiar este mecanismo significa renunciar a apoyar a los agricultores en sus transiciones ecológicas”, advierte. “La cuestión es la protección de la biodiversidad pero también la salud de los agricultores, que son las primeras víctimas de los productos fitosanitarios que utilizan”, recuerda.