Prolífica tarde de domingo en Moustoir. El FC Lorient firmó su primer éxito de la temporada al derrotar al Lille (4-1), con motivo de la 3.ª jornada de la Ligue 1.
Bajo el calor bretón y bajo la mirada de Jocelyn Gourvennec, ex técnico de los dos clubes que se enfrentaron esta tarde, Lille y Lorient dieron un espectáculo. Después de unos diez minutos de observación, los Hake se sentaron a comer. Tras una breve subida del portero del Lille Chevalier, el novato Miramon (que jugaba sus primeros minutos con el Lille) no vio caer detrás de él a Laurent Abergel, hambriento de balón. Este último, con el balón en los pies, sólo tuvo que alinear a Chevalier para marcar el primer gol del partido en la primera situación de peligro del partido.
Un minuto y siete segundos después, rebelotte. En el compromiso, Ismaily envió un pase peligroso en el que los Hakes se derritieron. Doukouré, goleador la semana pasada contra el Niza, se lanzó a correr el balón y, con gran lucidez, deslizó un balón hacia Ponceau, que puso el 2-0 en el marcador. El resto de la mitad se volvió a favor del Lille, que fue más peligroso (17, 36). Más dominador también, y los cambios realizados por Fonseca (Miramon y Haraldsson sustituidos por Cabella y Angel Gomes) siguieron esta tendencia.
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La mejora del Lille concluyó con el gol de Jonathan David, en el 55. Sólo fueron necesarios diez minutos en el segundo acto para que Cabella y Gomes se combinaran para poner en órbita al canadiense, privado de balones interesantes para explotar en la primera mitad.
Pero fue suficiente para despertar el hambre de gol. Gracias a un globo sublime y sin control que pegó a Chevalier en el acto. Seis minutos más tarde, Vincent Le Goff siguió el segundo cara a cara entre Chevalier y Faive. El lateral coloca un balón travieso para ponerse 4-1. El marcador podría haber sido aún más pesado para los Mastines, que vieron sus redes temblar por quinta vez (Kroupi, 76º) antes de ver la consecución de los rechazos por fuera de juego. A pesar de que los Dogues dominaron bastante el partido, los errores de estos últimos, perfectamente aprovechados por los Hakes, se impusieron a los de Fonseca.